Bravo1 tenía 20 años cuando sufrió un derrame cerebral que lo dejó con una grave parálisis, tras verse involucrado en un accidente automovilístico en 2003.
Sin embargo, casi 18 años después, un equipo médico de la Universidad de San Francisco en Estados Unidos, desarrolló un sistema de electrodos implantados en el cerebro, los cuales estimilan las partes encargadas del habla, transmitiendo señales a un computador permitiéndole comunicarse.
La investigación publicada en la revista The New England Journal of Medicine, estuvo a cargo del neurocirujano, Edward Chang, luego de casi una década de estudio.
“Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que se logra con éxito la decodificación directa de palabras completas de la actividad cerebral de una persona con parálisis que no tiene la capacidad de hablar”, sostuvo Chang al medio ABC.
Este innovador sistema, traduce señales “destinadas a controlar los músculos del sistema vocal que se usa para formar palabras, en lugar de señales para mover el brazo o la mano para permitir la escritura”, indica el informe del estudio.
La idea es que exista una mayor fluidez y rapidez del habla, “tal como lo haríamos normalmente. Cuando hablamos, normalmente transmitimos información a una velocidad muy elevada, hasta 150 o 200 palabras por minuto”, señaló Chang.
En el caso de Bravo1, como fue designado por los especialistas, trabajó con los investigadores creando vocabulario de al menos 50 palabras, las cuales fueran de fácil reconocimiento para el equipo de Chang y poder trabajar a partir de la actividad cerebral utilizando algoritmos informáticos avanzados.
“El equipo implantó quirúrgicamente una matriz de electrodos de alta densidad sobre la corteza motora del habla de Bravo1. Después de la recuperación completa del participante, su equipo registró 22 horas de actividad neuronal en esta región del cerebro durante 48 sesiones y varios meses. Así, cuando el participante intentaba hablar, estas redes distinguían patrones sutiles en la actividad cerebral para detectar intentos de habla e identificar qué palabras estaba tratando de decir“, explica el estudio.
Ahora, continúan investigando para poder replicar este sistema de habla a otros pacientes como Bravo1, y lograr aumentar la cantidad de palabras disponibles.