Humberto Maturana fue reconocido, entre tantas cosas, por comprender lo humano. En 1950 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, donde no llegó a titularse pero fue ayudante del curso de Biología dictado por el profesor Gabriel Gasic.
Cuatro años más tarde, obtuvo una beca de la Fundación Rockefeller que lo llevó al University College de Londres, iniciando su camino en territorios internacionales, donde comenzó en las disciplinas de anatomía y neurofisiología en 1954.
Entre 1958 y 1960 Humberto Maturana trabajó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), época en la que además, obtuvo el Doctorado en Biología de la Universidad Harvard, en Estados Unidos.
Cinco años después, en 1965, se convirtió en profesor titular del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Posteriormente definió el concepto de autopoiesis en su libro de 1972 “De máquinas y seres vivos” en el que habla sobre la organización de los sistemas vivos como redes cerradas de autoproducción de los componentes que las constituyen. Esta labor la desarrolló junto a su alumno y colaborador, Francisco Varela.
En palabras simples, esta teoría plantea que todo ser vivo es un sistema cerrado que continuamente está creándose a sí mismo, por lo que a su vez está reparándose, manteniéndose y modificándose. Probablemente el ejemplo más gráfico sea el de una herida que está sanando.
Reconocimientos en el mundo
Maturana fue galardonado y destacado por diferentes entidades alrededor del mundo. En 1992, recibió el premio Doctor honoris causa de la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica).
Ese mismo año, junto al biólogo Jorge Mpodozis, planteó la idea de la evolución de las especies por medio de la deriva natural, basada en la concepción neutralista de que la manera en que los miembros de un linaje realizan su autopoiesis se conserva transgeneracionalmente, en un modo de vida o fenotipo ontogénico particular, que depende de su historia de interacciones, y cuya innovación conduciría a la diversificación de linajes
Recibió también el Premio McCulloch, otorgado por la Asociación Americana de Cibernéticos, para luego ser acreedor del Premio Nacional de Ciencias de Chile, en 1994.
En 2014 recibió la distinción Norbert Wiener Memorial Gold Medal entregada por la Organización Mundial de Sistemas y Cibernética. Dicho premio le fue entregado en la Universidad de Ibague, Colombia, por su extraordinaria contribución al desarrollo de la teoría de sistemas, cibernética, biología cultural y a su larga trayectoria científica que inspiró a nivel mundial a muchas áreas del conocimiento.