La destreza manual que aporta el pulgar a las personas actuales ya existía hace unos 2 millones de años entre algunos homínidos, según un estudio publicado este jueves en la revista científica Current Biology.
El hallazgo es la evidencia más antigua hasta la fecha de una transición evolutiva a manos capaces de agarrar con más fuerza gracias a los pulgares, comparables a las de los primeros humanos fabricantes de herramientas, que no aparecieron durante aproximadamente otros 1,7 millones de años.
La aparición de los pulgares permitió al antiguo linaje Homo un agarre más fuerte y mejoró su capacidad de manipular objetos, lo que le proporcionó una ventaja evolutiva hacia una cultura compleja, según el equipo investigador dirigido por Fotios Alexandros Karakostis y Katerina Harvati.
Los investigadores analizaron la biomecánica y la eficacia del pulgar en diferentes especies humanas fósiles mediante el modelado de músculos virtuales, lo que les dio una nueva perspectiva sobre cuándo surgieron estas habilidades y lo que han significado para el desarrollo de una cultura humana más compleja.
Los Australopitecos, ahora extintos, fabricaban y usaban herramientas de piedra, pero carecía de la destreza del pulgar humano, lo que limitaba su capacidad de fabricación de utensilios, según los investigadores.
“El aumento de la destreza manual en forma de oposición eficiente del pulgar fue una de las primeras características definitorias de nuestro linaje, que proporcionó una formidable ventaja de adaptación a nuestros antepasados”, dijo Harvati, paleoantropóloga de la Universidad Eberhard Karls de Tübingen (Alemania).
“Es probable que sea un elemento crucial que subyace al desarrollo de la cultura compleja durante los últimos 2 millones de años, dando forma a nuestra evolución biocultural”, agregó.
Los primeros estudios de la evolución de la destreza del pulgar se habían basado en comparaciones entre la anatomía esquelética de los humanos modernos y las especies de homínidos anteriores.
Se suponía que las similitudes en los restos óseos con la forma humana podrían tomarse como evidencia de destreza, pero el enfoque del equipo dirigido por Harvati incluyó simulaciones digitales y el estudio en 3D de las áreas de los huesos donde se unen los músculos.
“Nuestra metodología integra el modelado de músculos virtuales de vanguardia con un análisis tridimensional de la forma y el tamaño de los huesos”, explicó Karakostis, experto en biomecánica manual.
Los investigadores simularon digitalmente cómo un músculo clave influyó en el movimiento del pulgar en doce homínidos fósiles encontrados, en cinco humanos del siglo XIX y en cinco chimpancés.
Sorprendentemente, según Harvati, con el nuevo enfoque demostraron que la eficiencia y la destreza del pulgar había aumentado de manera significativa en los homínidos que vivieron hace unos 2 millones de años en Sudáfrica.
“Una de las mayores sorpresas fue encontrar que los fósiles de manos de homínidos del sitio Swartkrans, en Sudáfrica, que datan de hace unos 2 millones de años y se atribuyen al Homo primitivo o a la rama lateral extinta del homínido Paranthropus robustus, podrían lograr una destreza en el uso del pulgar similar a la de los humanos modernos”, dijo Karakostis.
Los nuevos hallazgos muestran también que las especies del género Homo que surgen más tarde, incluidos los Neandertales y el Homo sapiens temprano y reciente, comparten grados igualmente altos de destreza manual.