El científico chileno Claudio Hetz está envuelto en una polémica en el mundo de la ciencia, tras ser acusado de supuestamente manipular digitalmente imágenes aparecidas en publicaciones dirigidas por él o en las que participó.
El director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI) fue cuestionado en el artículo “La balada de Claudio Hetz”, escrito por el divulgador científico alemán Leonid Schneider, para el sitio “For Better Science”.
Schneider cita distintas publicaciones de 2002 a 2020 donde supuestamente habrían aparecido dicha imágenes, criticando también la falta de revisión de estas por parte de sus pares y editores de las revistas donde aparecieron.
“Hetz es un artista, un músico de blues, pero su talento artístico no termina ahí: también es profesor de neurociencia, su objetivo es salvar las vidas de quienes padecen Parkinson, Alzheimer, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y otras enfermedades neurodegenerativas. Y no lo dude: Hetz lo consigue gracias a su creatividad. Y Photoshop“, comienza diciendo el autor en el artículo.
“Probablemente ahora quieras ver cómo Hetz encuentra sus curas. Él simplemente sabe lo que funciona y dobla la realidad para cumplir sus órdenes”, sentenció el alemán.
Uno de los ejemplos del escritor fue la publicación de 2012, sobre el factor de transcripción UPR X”BP1 y la enfermedad de Huntington. “Los datos suplementarios de ese artículo se modificaron sigilosamente justo después de que Paul Brookes señalara los siguientes problemas en su ahora desaparecido sitio web Science Fraud”, afirmó.
“¿Ves que el gel ATF4 no se clona 1:1, sino que solo dos bandas son idénticas?”, escribió.
La respuesta
Si bien Hetz no se ha referido a las acusaciones, sí lo hicieron desde la BNI.
El Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica respondió a la polémica que involucra a su director a través de un comunicado. “Los dichos aludidos corresponden a comentarios parciales y mal intencionados difundidos en un blog”, comenzaron en una declaración.
Según ellos, en 2012 vivieron una situación similar que los llevó a “reanaliza los datos originales de cuatro publicaciones y corregir errores en figuras con conocimiento e interacción de las editoriales correspondientes”, asegurando que en esta oportunidad aclararán cada punto cuestionado.
Sobre el origen de las equivocaciones afirmaron a El Mercurio que “los errores involuntarios al armar figuras para publicaciones científicas (..) ocurren con cierta frecuencia, a pesar de que los artículos son elaborados por múltiples investigadores coautores que analizan los datos y discuten múltiples veces los artículos previo al envío para revisión por pares, requiriendo la mayor parte del tiempo años para la elaboración de un manuscrito”.
“El proceso de diseño de figuras es complejo e implica manejar muchas imágenes y datos en forma simultánea que deben ser ordenadas, alineadas y marcadas adecuadamente (…). Errores típicos incluyen duplicaciones de imágenes en el mismo estudio, alineamientos erróneos, errores en rótulos de data original, entre otros”, indicaron.
“Es grave”
El biólogo molecular y divulgador de la ciencia, Gabriel León, fue en la misma línea aunque también tomó el peso a lo ocurrido. “Los errores existen, no es un invento”, dijo.
Tras leer la denuncia, explicó también que si bien varias de las pruebas son datos anexos que no influyen en los hallazgos principales, se trata de una situación grave. “No porque uno crea que hay fraude, sino porque muestra que algo está ocurriendo ahí que hace que la información no se esté presentando de buena forma”, añadió.
Asimismo, aseveró que en un estudio es el investigador principal quien tiene la responsabilidad de la veracidad de los datos, de su pulcritud y de dictar los protocolos de cómo se llevará a cabo el proceso. “Acá hubo errores que se les pasaron por alto a Claudio y a los editores de las revistas. Y esto es grave, porque no solo impacta a esas investigaciones y sus autores, sino también afecta la credibilidad de la ciencia”, sentenció.