Un grupo de científicos alemanes concluyó que el nuevo coronavirus está altamente presente en el tracto respiratorio superior durante los primeros cinco días de la infección.
Es decir, “vive” en nariz, garganta, faringe, laringe e incluso cuerdas vocales, lo que ayuda en su propagación a través de gotitas de saliva en encuentros cercanos con personas que están sanas.
Lo anterior es parte de un estudio llevado a cabo por un grupo de científicos alemanes del Klinikum Munchen-Schwabing y del Charite Universitätsmedizin Berlin, publicado en la revista especializada Nature.
En concreto, los académicos realizaron un análisis virológico en nueve pacientes catalogados como jóvenes y adultos jóvenes cuyos cuadros no derivaron en mayores complicaciones debido a este patógeno.
Con la excepción de un caso, todos los participantes fueron examinados cuando los síntomas eran leves o o seguían en etapa prodrómica.
“Pruebas de diagnóstico sugieren que los hisopos de garganta comunes proporcionarán suficiente sensibilidad en esta etapa de la infección, en marcado contraste con el SARS”, indicaron en el estudio.
“Mientras que se esperan pruebas acerca de la replicación por histopatología, el tropismo tisular del SARS-CoV-2 con replicación en la garganta es fuertemente respaldado por nuestros estudios de células sgRNA en muestras de garganta, particularmente durante los primeros cinco días de síntomas”, afirmaron.
“Evidencia adicional para la replicación en la garganta es entregada por los hallazgos en un paciente que mostró un virus allí en lugar del pulmón. A ello se suma la alteración de los puntos sensoriales gustativos y olfativos en la infección del tejido del tracto respiratorio superior”, sostuvieron en el documento.
Sumado a ello se considera el hecho que todos los pacientes parecieron haber vivido el peak de diseminación del virus a través de su tracto superior a la hora de realizar la indagación, aunque este fenómeno continuó durante toda la primera semana.
Juntos, ambos descubrimientos sugieren una transmisión más eficiente del SARS-CoV-2 en comparación al SARS-CoV a través de una propagación viral activa de la faringe “cuando los síntomas todavía son leves y típicos de una infección común”, detallaron.
“Más adelante en la enfermedad, Covid-19 se parece al SARS en términos de replicación en el tracto respiratorio inferior. De hecho, dos de los pacientes que mostraron síntomas de problemas pulmonares arrojaron una carga viral prolongada en sus secreciones”, complementaron.
Pese a que reconocieron que los alcances de su investigación son limitados, ya que no tomaron en cuenta casos graves, sí destacaron que lograron establecer que el rol que juega la garganta en este contexto podría explicarse por la presencia de sitios de escisión polibásica en este patógeno.
La inserción de estos en la región S1-S2 en el SARS-CoV resultó en una “moderada, pero discernible mejor actividad de fusión” que podría terminar en una mayor entrada viral en “tejidos de baja densidad de ACE2”, agregaron en el escrito.
Al mismo tiempo, destacaron que la alta presencia viral en secreciones es relevante no solo a la hora de hablar del control de la infección en hospitales, sino también para recalcar la importancia de manejar de manera correcta las altas médicas.
Así, basándose en el presente estudio, los investigadores aseveraron que una alta médica podría ser considerada en pacientes que ya pasaron el día 10 de los síntomas, con menos de 100 mil copias virales de ARN por milímetro de secreción.
Además, comunicaron que detectaron una respuesta por parte del sistema inmune a este virus previo a lo que ocurre con el SARC-CoV. No obstante, aquella defensa no produjo la eliminación de la amenaza al momento de la seroconversión.
En línea con lo anterior, los científicos concluyeron que cualquier enfoque para obtener una vacuna en contra de este virus deberá incluir a la introducción de “anticuerpos particularmente fuertes para ser efectiva”.