La idea de traer animales prehistóricos de regreso a la vida no es nueva, incluso han producido películas sobre el tema, pero ¿es esto posible?. Pues, la idea tiene algo de mérito y se discute con seriedad en el mundo científico, y se le llama el proceso de desextinción.
Según explica Sebastián Rojas, quien lleva uno de los canales de difusión de biología más grandes de YouTube, Wikiseba, la desextinción se entiende como el proceso artificial para traer a la vida un animal que actualmente no existe.
No es que “resucite” al animal, sino que se crea uno nuevo con las mismas características del original.
A los animales “resucitados” por desextinción se les llama Necrofauna, y pese a que pueda parecer una idea de ciencia ficción, realmente es posible en la actualidad, y se ha logrado.
Existen tres formas de traer necrofauna: la primera es por medio de la clonación. Es decir, extraer ADN de un individuo extinto, y clonarlo en el vientre de un animal moderno.
Por ejemplo, tomar el material genético de un mamut y ponerlo en el ovocito de un elefante moderno, para que éste último -en vez de tener una cría de su propia especie- tenga un mamut.
Otra forma es por cría selectiva. Es decir, elegir a las crías de una especie, cruzarlas, y dar forma gradualmente a características similares a una especie anterior.
Esto lo hemos estado haciendo desde la prehistoria, lo que ha llevado al surgimiento -por ejemplo- de los perros domésticos.
Ejemplo de esto sería tomar una tortuga de color verde, y seleccionar las crías durante varias generaciones hasta conseguir una que tenga el color y las características de una tortuga que ya esté extinta.
Finalmente, también está el método de inhibición genética, propuesto en la publicación de 2009 llamada “Cómo construir un dinosaurio: la nueva ciencia de la evolución inversa“, que consiste básicamente en “frenar” ciertos genes que te hacen ser lo que eres hoy, para que se expresen genes más antiguos.
Un ejemplo de esto es lo que se hizo en 2015, cuando investigadores de la Universidad de Harvard usaron este método para crear embriones de pollo que tenían hocico en vez de pico.
Ya se hizo una vez
Toda la teoría de estos procesos se puede llevar a cabo y ya se hizo una vez.
El bucardo español era un tipo de cabra montés que vivió en el siglo XX y la última murió en el año 2000. Sin embargo, y con una colaboración de muchas universidades, en 2003 se logró la primera clonación de un animal extinto.
Lamentablemente, la cría murió a los 30 minutos de nacer por problemas respiratorios, convirtiéndose en el primer animal en extinguirse dos veces y en la primera criatura de necrofauna en existir.
Tal vez podemos, pero… ¿debemos?
El primer obstáculo que nos encontramos al intentar traer seres de necrofauna a la vida es la tecnología y el costo que ésta tiene, por lo que muchos cuestionan por qué no usarla mejor en ayudar a animales que actualmente están en peligro.
También están las posibles complicaciones medioambientales: es cosa de imaginar un mamut -que vivió en una época muy fría- viviendo en un mundo como el nuestro, con calentamiento global incluido, o un dinosaurio que respiraba menos oxigeno que el que tenemos en la actualidad.
Asimismo, es importante tener siempre en mente que no se “resucita” al animal como tal, sino que se crea una “copia” del extinto. Este nuevo individuo no actuaría de la misma manera ni tendría el mismo entorno que el original, por lo que a nivel académico realmente no sirve para aprender de él más que la información que podemos obtener desde los fósiles.
A esto se suma el problema del equilibrio que tienen las especies en la naturaleza, pudiendo causar daños, plagas, o incluso la muerte de otros organismos vivos, inclusive si estuvieran encerrados como los dinosaurios de Jurassic Park, ya que los insectos de todas formas llegarían hasta ellos.