Un estudio estadounidense publicado el lunes cuantificó la vertiginosa velocidad de la reducción de la capa de hielo en la Antártida desde 2014, un año que marcó un punto de inflexión para ese continente.
Los científicos ya sabían que la Antártida se estaba derritiendo cada vez más rápido, como el hielo del Ártico, debido al agua cada vez más copiosa de los glaciares, que también se funden aceleradamente.
Pero durante décadas, observaron un fenómeno a la vez tranquilizador e intrigante: la superficie de la banquisa, es decir, la gruesa capa de hielo que flota en el océano, crecía.
La climatóloga Claire Parkinson, del Centro Espacial Goddard de la NASA, cerca de Washington, ha reconstruido la historia más precisa de esta banquisa de la Antártida entre 1979 y 2018, recolectando y analizando datos de cinco satélites sucesivos de la NASA y el Pentágono, que no observan los volúmenes sino solo la extensión.
La científica publicó estos datos de referencia el lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS.
La capa de hielo se derretía en verano (enero-marzo) y se recuperaba en invierno (julio-septiembre). Pero con el tiempo tendió a crecer en todas las estaciones.
Algo misterioso sucedió después de 2014. A partir de entonces cada año hay menos banquisa. “En solo tres años, la Antártida ha perdido tanto hielo como el Ártico en todo el período”, dijo Parkinson a la agencia de noticias AFP.
En 2014, la capa de hielo antártica estaba en su máximo jamás registrado para estos datos. En 2017, tocó un mínimo. La pérdida asciende a dos millones de kilómetros cuadrados, poco más de la superficie de México.
La tendencia aparentemente continúa en 2019, agrega la climatóloga.
Los científicos no saben por qué el hielo se incrementó durante tanto tiempo, ni por qué se está derritiendo en la actualidad.
Existen varias hipótesis que toman en cuenta el agujero de la capa de ozono, los vientos, las corrientes o la temperatura de las aguas profundas, pero ninguna explica con certeza el cambio de 2014.
“En mi opinión, ninguna hipótesis es correcta”, dijo a AFP Douglas Martinson, oceanógrafo de la Universidad de Columbia, que participó en el comité de revisión por pares que validó el artículo.
El científico advierte que comparar el Ártico y la Antártida equivale a “comparar manzanas y camiones militares”.
El Ártico es un océano rodeado de tierra, mientras que la Antártida es un continente rodeado de océanos, donde los icebergs están menos presionados.
La Antártida no se calienta y sigue siendo el lugar más frío del planeta, y su mayor reserva de agua dulce. Sus montañas de hielo contienen un volumen capaz de elevar el nivel de los océanos en 57 metros, estimó un estudio en 2013.