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Actualmente, Chile es reconocido como la "capital mundial de la astronomía" gracias a la calidad de sus cielos y observatorios, pero poco se habla de cómo puede aplicarse en diversas áreas. El Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) está impulsando el desarrollo tecnológico a partir de la astrofísica, colaborando con diversas industrias en la resolución de problemas, acá te contamos como lo hacen.
Según los registros de la Biblioteca Nacional de Chile, la primera actividad científica relacionada con la astronomía, que se llevó a cabo en el país, se remonta a 1849, cuando el astrónomo estadounidense James Melville Gillis llegó a Chile con presupuesto para instalar un pequeño observatorio en el Cerro Santa Lucía, de lo que hoy es la comuna de Santiago.
Por esa época, el observatorio se transformó en el primer centro astronómico de Sudamérica, donde los científicos obtuvieron uno de los primeros catálogos de las estrellas situadas en el polo sur. Ahora, la actividad astronómica en el país escaló a niveles que en ese entonces eran impensables.
Chile hoy es considerado la “capital mundial de la astronomía”, por la calidad de sus cielos y los grandes observatorios de los que es anfitrión. Científicos de todo el mundo vienen al país a estudiar los astros con los telescopios más poderosos de todo el planeta, pero hay un área de la que no se habla tanto: el desarrollo y la transferencia tecnológica.
La astronomía puede resolver problemas
BiobioChile conversó con Elise Servajean, astrónoma chilena y Gerenta General del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), uno de los centros astronómicos más importantes del país, que entre sus objetivos principales está impulsando el desarrollo de tecnologías de alto nivel en Chile a partir de la astrofísica.
“Cuando una industria busca a alguien que le solucione un problema, la astrofísica no es lo primero que se le va a venir a la mente y con justa razón”, comentó Servajean, durante la entrevista con el medio, en el Congreso Futuro 2025.
“Entonces lo que nosotros hemos hecho ahora es empezar a darnos visibilidad, que entiendan que efectivamente tenemos las capacidades instaladas para hacer tecnología de punta. Somos capaces de dar respuestas a requerimientos de alto nivel en cuanto a cumplimiento de estándares y el levantamiento de cuáles son las problemáticas, para que efectivamente sea la problemática la que levante la solución y no tener una solución a la que tienes que buscarle una problemática donde aplicarla”, puntualizó.
De hecho, el CATA, cuando partió, se diseñó pensando en lograr tecnologías aplicadas y patentables, para así conectar estos resultados con la industria. Algo que ya están logrando con diferentes proyectos, demostrando que la tecnología desarrollada gracias a la astrofísica se puede extrapolar.
El centro cuenta con una Unidad de Transferencia Tecnológica (UTT), que se vincula con las industrias para buscar problemáticas de la mano de ingenieros y astrónomos, y así idear la mejor manera de solucionarlas.
En concreto, están desarrollando aplicaciones técnicas de instrumentación astronómica en áreas como las telecomunicaciones, procesamiento digital de señales para aplicaciones por satélite y herramientas de sensorización para industrias como la minería y la agricultura.
“A veces hay problemáticas que van a tomar 10 años en resolverse y a veces hay problemáticas que van a tomar 6 meses, entonces depende un poco también de lo que la industria está dispuesta a esperar. Hay problemáticas que se necesitan resolver ahora ya y hay problemáticas que sí pueden esperar 10 años de desarrollo y quieren hacerlo contigo en el camino”, explicó Servajean.
Extrapolando la astrofísica a diversas industrias
“Ahora estamos en la etapa de lograr que el conocimiento y la tecnología que se hace en el centro se transfiera a otras industrias en beneficio directo de la sociedad”, dijo la gerenta del CATA en su charla del Congreso Futuro. Pero, ¿cómo lo hacen? Resulta que ya existen varias aplicaciones.
Un ejemplo es que han desarrollado métodos para detectar mareas rojas en el océano, a partir de la tecnología que se utiliza para detectar colores y moléculas a la hora de observar los objetos del espacio con los telescopios.
Recordemos que las mareas rojas se producen por la proliferación de ciertas algas que generan un color rojizo en el agua y cuyas toxinas hacen que sea peligroso consumir productos marinos donde se presente este fenómeno, por lo que es muy importante su detección temprana, ya que afecta a la industria pesquera.
Esta tecnología también se está usando para detectar granos en la industria agrícola. Otro ejemplo es que el CATA recientemente se adjudicó un proyecto de la empresa chilena Agrosuper, donde se les pidió encontrar una mejora para sus sistemas que identifican los tipos de grano cuando estos son transportados por una cinta.
“Ellos obviamente tienen sistemas para hacerlo, pero siempre hay espacios para mejorar y efectivamente nosotros les dijimos: ‘mira, nosotros podemos poner un sensor que te va diciendo constantemente qué tipo de grano es’”, explicó Servajean.
Entre otros avances también existe el proyecto Radio Visión, un dispositivo que utiliza tecnología similar a la de los radiotelescopios para detectar celulares, y que se puede usar para la búsqueda y rescate personas.
Los algoritmos utilizados en la astrofísica también se están aplicando a otras áreas. Los modelos que utilizan los astrónomos para detectar variaciones en las órbitas de asteroides actualmente se pueden aplicar para detectar fallas en ciertos sistemas.
Esos son solo algunas de las aplicaciones posibles gracias a la astrofísica que se están trabajando en Chile. “A nosotros siempre nos hacen esta pregunta: ¿para qué sirve la ciencia? ¿Para qué sirve el astrónomo?”, planteó.
“Bueno, porque todo eso que quieren hacer los astrónomos, de ver más lejos y todo lo que conlleva la exploración espacial, es como empujar la realidad y en ese empujar van a aparecer muchas cosas que, efectivamente, si tienes a las personas adecuadas mirando, van a poder ver que son aplicables en otras áreas también”, señaló.
La astronomía en Chile está en riesgo
Según datos del CATA, se espera que en los próximos años, el 50% de la capacidad astronómica a nivel planetario esté instalada en Chile, en el Desierto de Atacama, precisamente.
Sin embargo, recientemente surgió una nueva amenaza para los grandes telescopios, la contaminación lumínica de parte de nuevos proyectos industriales de energía limpia.
La contaminación lumínica no es algo nuevo, en Chile existe una Norma Lumínica que se ha ido actualizando por la misma razón, pero a medida que el país hace esfuerzos por transicionar al uso de energías más limpias, el desierto está en la mira de las industrias que invertirán en ello.
Un caso que ahora está siendo mediático es el del Proyecto INNA, de la compañía AES Andes, que busca instalar un complejo industrial a 5 y 11 kilómetros del Observatorio Paranal, donde se encuentra el Very Large Telescope (VLT), uno de los telescopios terrestres más poderosos del mundo.
Si el proyecto se concreta tan cerca del Paranal, su luminosidad podría obstruir las observaciones astronómicas, perjudicando una zona que hasta ahora es prístina. INNA eventualmente no será el único, por los que los astrónomos están pidiendo un equilibrio que permita desarrollar nuevas energías sin poner en riesgo la calidad de los cielos.
“Yo creo que lo que tenemos que hacer es utilizar esta oportunidad para generar una buena norma de contaminación lumínica que permita una buena convivencia entre proyectos de investigación científica y también proyectos de energías, o mineros, etcétera, porque este va a ser el primero de muchos”, planteó Servajean.
“Espero que de aquí a poco podamos ponernos a trabajar en una nueva versión de la norma que tome en cuenta este tipo de realidades, estos megaproyectos que se van a instalar en el medio del desierto y que generan un impacto”, agregó.
La astrónoma recalcó que la idea no es oponerse de lleno a iniciativas como la de AES Andes, “lo que tenemos que hacer es buscar una forma de que estas dos cosas puedan convivir, porque además nosotros como centro necesitamos que lleguen grandes empresas que requieran de desarrollo tecnológico para que nosotros podamos aportar también”.