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Un nuevo cometa, el C/2024 S1 (ATLAS), descubierto recientemente, se acerca al Sol y tiene el potencial de adornar los cielos a fines de octubre, tras el paso del "cometa del siglo". Perteneciente a la familia de los Sungrazers de Kreutz, este cometa helio rasante podría desintegrarse debido a su proximidad al Sol, pero si sobrevive, se espera que brille más que Venus.

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Un nuevo cometa recién descubierto tiene el potencial para adornar los cielos a fines de octubre, tras el paso del “cometa del siglo”, que ha podido apreciarse a simple vista desde septiembre, según informa el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).

Se trataría del C/2024 S1 (ATLAS), que fue descubierto el 27 de septiembre pasado, por el Atlas Survey, en Hawai. “Es un cometa helio rasante, es decir, pasa muy cerca del Sol. Apenas a 1.7 radios solares del Sol (medido desde el centro de nuestra estrella), unos 1,2 millones de kilómetros. Esto es unas 38 veces más cerca que Mercurio”, explica José Utreras, encargado de Contenido de Divulgación del CATA.

En el caso del C/2023 A3 (Tsuchinshan Atlas), existían muchas posibilidades de que este se disolviera al pasar cerca del Sol, pero afortunadamente, no ocurrió y nos ha permitido verlo sobre el horizonte con su cola. Lo mismo podría ocurrir con el nuevo objeto.

“Es un tipo de cometa que puede desintegrarse debido a su proximidad al Sol y pareciera que está en ese proceso. Hay que continuar observándolo los próximos días. No obstante, si sobrevive, podría ser muy brillante, aunque por pocos días, ya que se aproxima y aleja del Sol a gran velocidad. Es imposible saber exactamente qué pasará, así que hay que seguirlo, para ver cómo se comporta y ver si sobrevive”, agrega Utreras.

¿De dónde viene el nuevo cometa?

El nuevo cometa pertenece a la familia de los Sungrazers de Kreutz, nacidos de la fragmentación de un cometa progenitor, ocurrida hace aproximadamente un milenio.

Muchos de los llamados grandes cometas del pasado pertenecen a esta familia, como el legendario C/1965 S1 Ikeya-Seky, que alcanzó un brillo de magnitud -11 en 1967 y llegó a ser visible durante el día.

Si sobrevive a su acercamiento al Sol, se vería solo al amanecer. Pero a baja altitud, sobre el horizonte mirando al este, por lo que se recomienda buscar un lugar alto, donde las montañas no lo oculten.

De acuerdo con el CATA, los pronósticos más optimistas apuntan a que brillaría más que Venus y podría verse a simple vista.

“Su mayor acercamiento al Sol será el día 28 de octubre, el día de mayor brillo, aunque imposible de observar directamente al estar junto al Sol. Mientras que el día 24 de octubre tendrá su mayor acercamiento a la Tierra”, dice Utreras.

“A diferencia de Tsuchinshan-Atlas la ventana de tiempo para observarlo será corta, justo los días previos y posteriores al 28”, añade.

La familia del C/2024 S1 (ATLAS), los Sungrazers de Kreutz, está determinada en homenaje a Heinrich Kreutz, un astrónomo alemán que vivió entre 1854 y 1907 y que se dedicó a estudiar algunos cometas que se caracterizan porque su órbita tiene un perihelio tremendamente cercano al Sol.

Estos provienen de la nube de Oort, que es la región más alejada del Sol y allí se encuentra una inmensa cantidad de cometas y otros objetos congelados y pueden pasar muchos siglos para que se acerquen a nuestra estrella.