Contexto

Descubren que Mercurio tiene una gruesa capa de diamantes bajo su superficie

19 julio 2024 | 16:56

Así lo revela una investigación realizada por un equipo de científicos de Bélgica y de China que demuestra que en las profundidades del interior de ese planeta hay una gran cantidad de esa gema cristalina que, desde tiempos antiguos, se ha utilizado como piedra preciosa en joyería.

Un reciente estudio llevado a cabo por un equipo internacional de científicos de Bélgica y de China asegura que Mercurio tiene una enorme y gruesa capa de diamantes sólidos a cientos de kilómetros por debajo de su superficie, lo que puede ayudar a los especialistas a resolver los misteriosos y numerosos enigmas tanto acerca de su composición como de su peculiar campo magnético ya que es mucho más débil que el de la Tierra.

Para llevar a cabo el estudio publicado en Nature, el equipo de investigadores liderado por Yanhao Lin, científico del Centro de Investigación Avanzada de Ciencia y Tecnología de Alta Presión en Pekín, China, preparó mezclas químicas de hierro, sílice y carbono, similares en composición a ciertos tipos de meteoritos, para imitar el océano de magma de Mercurio.

Además, agregaron sulfuro de hierro a esas mezclas, calculando que el océano de magma contenía grandes cantidades de azufre, debido a que la actual superficie de Mercurio es muy rica en ese elemento.

Utilizando una prensa de múltiples yunques, el equipo sometió a las mezclas a presiones de 7 gigapascales -lo que equivale aproximadamente a unas 70.000 veces la presión atmosférica a nivel del mar-, y a temperaturas de hasta 1,970 grados Celsius, simulando las condiciones en las profundidades de Mercurio.

Además, usaron modelos informáticos para obtener mediciones más precisas de la presión y la temperatura en el límite entre el núcleo y el manto, simulando las condiciones en las que el grafito o el diamante serían estables.

Mercurio: diamantes cristalizados

Si bien los resultados demostraron que es altamente probable que minerales como el olivino se formaran en el manto, los científicos comprobaron que añadir azufre a la mezcla química hacía que se solidificara solo a temperaturas mucho más altas, condiciones más favorables para la formación de diamantes.

Por su parte, las simulaciones por ordenador mostraron que, en esas condiciones revisadas, los diamantes podrían haberse cristalizado cuando se solidificó el núcleo interno de Mercurio y, debido a que son menos densos que el núcleo, flotaron hasta el límite entre el núcleo y el manto. Los cálculos también indicaron que los diamantes, si están presentes, forman una capa con un espesor medio nada menos que de casi unos 15 kilómetros.

Sin embargo, los especialistas reconocieron que la extracción de estas gemas es imposible, ya que más allá de las extremadas temperaturas del planeta, los diamantes se encuentran nada menos que a unos 485 kilómetros de profundidad.

No obstante están totalmente seguros de que estas preciadas gemas cristalizadas podrían ser las grandes responsables del campo magnético de Mercurio, al ayudar a transferir calor entre el núcleo y el manto, creando diferencias de temperatura que provocarían que el hierro líquido se arremolinara, generando así un campo magnético.

“Estos resultados también podrían ayudar a entender la evolución de exoplanetas ricos en carbono. Los procesos que llevaron a la formación de una capa de diamante en Mercurio también podrían haber ocurrido en otros planetas, dejando potencialmente huellas similares”, explicó Lin.

“Es muy posible que BepiColombo, una misión conjunta de la Agencia Espacial Europea y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón que será lanzada en el año 2018 y comenzará a orbitar en Mercurio en 2025, nos proporcione más pistas acerca de esta gruesa capa de diamantes sólidos de Mercurio”, concluyó el principal autor de este revelador estudio.