Los expertos señalaron que este descubrimiento "comenzó una nueva era de investigaciones de auroras en el planeta".

Un nuevo estudio publicado en la revista Nature, detalla la primera detección de auroras infrarrojas en la superficie de Urano, el planeta gaseoso anillado que, pese a estar lejos del Sol, tiene altas temperaturas.

Los científicos anteriormente teorizaban que Urano podría producir este tipo de fenómenos, que no son únicos de la Tierra, pero no habían podido dar con su evidencia hasta ahora, gracias a datos que fueron tomados hace 20 años por el telescopio Keck II.

De acuerdo con Science Alert, este descubrimiento le permitirá a los astrónomos resolver algunos misterios sobre las auroras del planeta y por qué es tan caliente, considerando su distancia con el Sol.

Las auroras infrarrojas en Urano revelarán misterios sobre su temperatura

“La temperatura de todos los planetas gigantes gaseosos, incluido Urano, está cientos de grados Kelvin/Celsius por encima de lo que predicen los modelos si sólo fueran calentados por el Sol, lo que nos deja con la gran pregunta de ¿cómo es que estos planetas son mucho más calientes de lo esperado?” cuestionó en un comunicado la astrofísica Emma Thomas de la Universidad de Leicester, Reino Unido.

Sobre el descubrimiento, Thomas también mencionó que a raíz de esta primera observación, “comenzó una nueva era de investigaciones de auroras en el planeta“.

“Nuestros resultados ampliarán nuestro conocimiento de las auroras gigantes de hielo y fortalecerán nuestra comprensión de los campos magnéticos planetarios en nuestro Sistema Solar, en exoplanetas e incluso en nuestro propio planeta”, agregó.

Recordemos que, las auroras se producen cuando las partículas del Sol cargadas se acercan a un planeta e interactúan con su atmósfera y campo magnético, por lo que este tipo de estudios también puede ayudar a conocer más sobre los campos magnéticos de los planetas del Sistema Solar.

En el caso de Urano, que no es un planeta similar a la Tierra, los astrofísicos utilizaron una técnica que implicaba analizar la luz de este cuerpo celeste, para así observar una partícula específica cuyo brillo varía dependiendo de las características del planeta, por lo que puede usarse como un termómetro.