Los astrónomos avanzaron un paso más en el misterio del origen de los vientos solares y ahora apuntan a unos pequeños chorros que expulsan material desde la atmósfera del Sol.
El Sol todavía guarda muchos misterios que los científicos tratan de descifrar, acercándose cada día un poco más a la respuesta. Ahora, la Agencia Espacial Europea (ESA) teoriza sobre la respuesta del origen del llamado “viento solar” que provoca las auroras boreales en la Tierra.
Los astrónomos ya conocen que el viento solar está formado por partículas cargadas (plasma) que son expulsadas del Sol con frecuencia. Estas se propagan por el espacio y dan con la Tierra, chocando con su campo magnético y produciendo auroras boreales.
Sin embargo, comprender cómo se genera ha sido más difícil y ha tomado décadas de estudios. Según la ESA, los nuevos datos de su sonda espacial Solar Orbiter, permiten a los astrónomos avanzar un poco más en este misterio.
Las conclusiones provienen de unas imágenes tomadas en 2022 con el instrumento Extreme Ultraviolet Imager (EUI) de la sonda espacial, el cual apuntó hacia el polo sur del Sol.
Estas observaciones mostraron un grupo de pequeños chorros de plasma que estaban siendo expulsados de la atmósfera de la estrella. Esto hizo que los astrónomos cuestionaran nuevamente la forma en que el Sol eyecta material.
¿Los chorros de partículas producen el viento solar?
Y es que anteriormente se conocía que estas partículas de plasma eran liberadas a través de los grandes agujeros coronales del Sol, donde el campo magnético de la estrella está “abierto”, por decirlo de una manera más sencilla.
Lo diferente ahora es que estos pequeños chorros de material que se eyectaba, eran individuales y al parecer y no provenían de una mancha solar en específico. Más bien eran pequeñas aperturas, creen los expertos.
“Estos nuevos resultados analizan el agujero coronal que estaba situado en el polo sur del Sol, y los chorros individuales que fueron revelados desafían la suposición de que el viento solar se produce sólo en un flujo constante y continuo“, describe la agencia espacial en un comunicado.
Ahora, los científicos creen que algunos flujos de eyección de partículas solares pueden ser más bien intermitentes y no siempre constantes como en el caso de los agujeros coronales, generando estos pequeños chorros.
“Uno de los resultados aquí es que, en gran medida, este flujo no es realmente uniforme; la ubicuidad de los chorros sugiere que el viento solar de los agujeros coronales podría originarse como un flujo de salida altamente intermitente“, explicó Andrei Zhukov, colaborador de la campaña de observación de la sonda Solar Orbiter.
Además, descubrieron que, si bien estos chorros tienen menos energía que las llamaradas solares que producen los agujeros coronales, aquello les ayuda a canalizar mejor esa energía para expulsar el plasma.
“Están expulsando una fracción sustancial del material que vemos en el viento solar. Y podría haber eventos aún más pequeños y más frecuentes que proporcionen aún más“, puntualiza la ESA.
Por el momento, no se conocen más detalles de estos chorros porque aún quedan observaciones por realizar, aclaran los expertos. Y es que indagar un poco más tomará tiempo, puesto que la ESA esperará a que la sonda Solar Orbiter esté en la mejor posición para observar los chorros.
“Es más difícil medir algunas de las propiedades de estos diminutos chorros cuando los vemos de canto, pero en unos años los veremos desde una perspectiva diferente a la de cualquier otro telescopio u observatorio, por lo que juntos deberían ayudar mucho”, explicó Daniel Müller, científico del proyecto Solar Orbiter.
De acuerdo con la ESA, en unos años más la sonda espacial “inclinará gradualmente su órbita hacia las regiones polares” del Sol y será entonces cuando tendrán la perspectiva perfecta para hacer más estudios.