Un equipo de científicos, con el telescopio James Webb, han descubierto vapor de agua en el interior de un disco de polvo y gas -discos protoplanetarios- en el que se formarían nuevos planetas con propiedades similares al nuestro, según se detalla en un amplio estudio publicado este lunes por la revista Nature.
El fenómeno astronómico fue observado por el telescopio espacial en la PDS 70, una estrella joven que se encuentra a unos 370 años luz de distancia y que alberga dos exoplanetas lejanos.
El James Webb encontró agua en vapor
Según el análisis de los especialistas, el agua se encuentra en forma de vapor caliente ardiendo a una temperatura de unos 330 grados centígrados.
El descubrimiento, que explora la región donde normalmente se forman los planetas similares a la Tierra, apunta que cualquier cuerpo que se cree en el interior del disco alrededor de PDS 70 podría albergar una importante reserva de agua, lo que mejoraría sus posibilidades futuras de habitabilidad.
El estudio supone un paso importante para entender cómo el agua, molécula esencial para la vida, pudo llegar a la Tierra, y si ese proceso sería extendible a los planetas rocosos fuera de nuestro sistema solar.
Agua desde el nacimiento o traída por asteroides
La investigación ofrece, por tanto, evidencias de un mecanismo por el que se suministraría agua a los planetas potencialmente habitables ya desde la etapa de formación y no (solo) en un proceso posterior, como por el impacto de asteroides.
“Es posible que ahora hayamos encontrado pruebas de que el agua también podría ser uno de los ingredientes iniciales de los planetas rocosos -que están más cerca de su estrella- y estar disponible desde el nacimiento”, resumió la autora principal del estudio, Giulia Perotti, del Instituto Max Planck de Alemania.
Un hallazgo inédito
Se trata de la primera detección de agua en un disco de un sistema que alberga al menos dos planetas. Estos dos exoplanetas (denominados PDS 70 b y c) no son rocosos, sino que son gigantes gaseosos con un tamaño similar a Júpiter y, al igual que nuestro sistema solar, están alejados de la estrella anfitriona.
Este tipo de planetas tardan menos en formarse que los rocosos y lo hacen acumulando polvo y gas que permanece tras la creación de la estrella.
Como no está claro de dónde proviene el vapor de agua detectado por el JWST en PDS 70, los científicos tienen dos teorías: un remanente de una nebulosa inicialmente rica en agua que precede a la etapa del disco o el gas que ingresa desde los bordes exteriores del disco.
En el primer escenario, es importante entender que las estrellas se forman en enormes nubes de gas y polvo. Los cientos o miles de nuevas estrellas tendrán, casi todas, un disco del que luego se formarán planetas. En el segundo escenario, y bajo ciertas circunstancias, el oxígeno y el hidrógeno pueden combinarse y formar vapor de agua.
Como sea, “la verdad reside probablemente en una combinación de todas esas opciones. Aun así, es probable que un mecanismo desempeñe un papel decisivo en el mantenimiento de la reserva de agua del disco PDS 70. La tarea futura será averiguar cuál es”, concluyó Perotti.