Los científicos tildaron a este objeto como "bestia rara" o "el planeta que no debería existir" por su increíble naturaleza.
Un trabajo colaborativo de astrónomos de distintas partes del mundo, permitió el descubrimiento de un extraño planeta que podría tener nubes de metal que desatan lluvias de titanio y que producen un “efecto espejo” en su atmósfera.
Este descubrimiento se llevó a cabo gracias al observatorio espacial CHaracterising ExOPlanets Satellite (Caracterización de Exoplanetas en español y CHEOPS por sus siglas en inglés) de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Además, del estudio también participaron Científicos del Centro Excelencia en Astrofísica CATA y del Instituto de Estudios Astrofísicos de la Universidad Diego Portales (UDP) y la Universidad de Chile.
“Hemos descubierto a este ‘extrañísimo’ objeto, que parece tener nubes metálicas sumamente reflectantes en la parte alta de su atmósfera”, explica James Jenkins, astrónomo UDP y uno de los investigadores principales del CATA.
LTT9779b: un planeta con nubes de metal
El planeta fue llamado LTT9779b y se encuentra a 260 años luz de la Tierra. De hecho, los expertos lo detectaron por primera vez en 2020, pero no fue hasta ahora que se analizó en más detalle.
Con las mediciones del CHEOPS pudieron determinar algunos aspectos de él, como sus temperaturas, que se aproximan a 2.000 °C y sus lluvias metálicas.
“Aunque el planeta tiene una temperatura de alrededor de 2000 grados Celsius, todavía tiene nubes, pero no nubes de agua como las conocemos en la Tierra, sino que nubes de titanio y silicato, nubes de metales”, explica Jenkins.
Las nubes, en esas condiciones, podrían condensarse en gotas y generar lluvias, explica el estudio. Los científicos también tildaron a este objeto como “bestia rara” o “el planeta que no debería existir” por su increíble naturaleza.
Y es que los planetas de este tipo descubiertos son muy pocos, de acuerdo con un comunicado del CATA, su hallazgo implica mucho trabajo para entender sus características y cómo pudo haberse formado en primer lugar.
“Los pocos planetas que hay más allá de LTT9779b son todos mundos rocosos densos, probablemente sin atmósfera, lo que dificulta su estudio. Además, la mayoría de los planetas rocosos y júpiter calientes que hemos estudiado previamente de manera similar son oscuros, lo que significa que probablemente no alberguen nubes tan reflectantes en la atmósfera”, agrega Jenkins.
El astrónomo también comenta que a pesar de su rareza, LTT9779b es similar a Venus, porque genera un efecto reflectante debido a sus mateales, “¡es un gigantesco espejo en el espacio!”, apuntó. Sin embargo, enfatizó en que todavía queda mucho por aprender de él.
“También estamos expandiendo este proyecto a otros planetas que pueden ser similares a LTT9779b, pero como se mencionó anteriormente, los otros que tenemos actualmente no están bien ubicados para su estudio”, puntualizó.