El Observatorio Norteamericano de Nanohercios para Ondas Gravitacionales (NANOGrav) anunció hace algunos días que el próximo jueves 29 de junio se hará un anuncio global sobre una investigación colaborativa en torno a la detección de ondas gravitacionales.
El estudio incluyó al consorcio global de detectores de ondas International Pulsar Timing Array; el NANOGrav de América del Norte; la Matriz Europea de Sincronización Pulsar; el proyecto de Matriz de Temporización Pulsar de la India; y el Parkes Pulsar Timing Array de Australia.
Cabe recordar que los resultados de estudios sobre ondas gravitacionales han sido bastante recientes en la historia. De hecho, la primera detección de estas se realizó en 2015, tras el choque de dos agujeros negros, que enviaron ondas que se propagaron a la velocidad de la luz y fueron captadas en la Tierra.
Es por ello que este nuevo anuncio podría ser contundente, dicen los expertos y de gran importancia para el análisis a fondo de las ondas gravitacionales y la comprensión del Universo hasta ahora.
¿Qué se sabe sobre el anuncio global de ondas gravitacionales?
De acuerdo con el portal científico Science Alert, la investigación podría tener que ver con el “fondo de ondas gravitacionales”, que viene del inglés “gravitational wave background” (GWB), pero ¿qué es? ¿Y qué nos pueden aportar los hallazgos sobre él?
Resulta que este es un evento hipotético postulado por los científicos estudiosos del Cosmos, que se remonta a la emisión de ondas gravitacionales (invisibles) en los inicios del Universo, cuando ocurrió el Big Bang.
Esta teoría tomó fuerza cuando los expertos comenzaron a detectar ondas gravitacionales a partir de otros eventos cósmicos de gran energía, como supernovas, agujeros negros, el colapso de estrellas, etcétera.
De vuelta al Big Bang, los científicos creen que tras la inmensa liberación de energía de este evento, las ondas gravitacionales se expandieron por el Cosmos en cascada. Un ejemplo de este puede ser una roca cayendo al agua y las “olas” que deja tras su impacto.
Las ondas enviadas por el Big Bang y los eventos masivos que surgieron después, dicen los astrónomos, pudieron generar una mezcla de ondas que formarían un zumbido que las evidenciaría. Este podría detectarse como “discrepancias” o “señales” cósmicas.
De este zumbido, que fue bautizado como fondo de ondas gravitaciones, su contraparte sería el “fondo de microondas”, que es la radiación electromagnética (visible) que llena al Universo, descubierta en 1965 y que respalda la teoría de las GWB.
Es por ello que los nuevos hallazgos en torno a esta materia de la astronomía, por lentos que sean, podrían ser grandes aportes para comprender el inicio de todo, remontando a los expertos a los procesos del llamado “universo primitivo”, a los que no se puede acceder de otra forma.
“Por ejemplo, la radiación electromagnética no proporciona una imagen del Universo anterior al momento de la última dispersión (alrededor de 400.000 años después del Big Bang). Sin embargo, las ondas gravitacionales pueden brindarnos información desde el inicio de la inflación. Sólo ∼10-32 segundos (primer “picosegundo” del tiempo cósmico) después del Big Bang”, explicó para el medio la física teórica Susan Scott de la Universidad Nacional de Australia y el Centro ARC de Excelencia para el Descubrimiento de Ondas Gravitacionales.
“Esperamos que la detección y el análisis del fondo de ondas gravitacionales revolucionen nuestra comprensión del Universo. De la misma manera que lo hizo la observación del fondo cósmico de microondas y sus anisotropías”, agregó.