Un fenómeno nuca antes visto en el Sistema Solar fue registrado gracias a imágenes del telescopio espacial Hubble, se trata de la evidencia de que los anillos de Saturno producen calor en la atmósfera del planeta.
“Es una interacción inesperada entre Saturno y sus anillos que potencialmente podría proporcionar una herramienta para predecir si los planetas alrededor de otras estrellas también tienen gloriosos sistemas de anillos similares a los de Saturno”, dice la NASA en un comunicado.
Este estudio se llevó a cabo a partir de datos del Hubble, la sonda Cassini, ya retirada y las sondas Voyager 1 y 2. Además, tomó un año entero de investigación.
La evidencia como tal de este fenómeno consiste en un exceso de radiación ultravioleta, que se mostró en las observaciones como una línea espectral de hidrógeno caliente en la atmósfera de Saturno.
“El aumento de la radiación significa que algo está contaminando y calentando la atmósfera superior desde el exterior”, concluyó el análisis.
¿Por qué los anillos de Saturno calientan su atmósfera?
La explicación que determinaron los expertos, es que “las partículas heladas del anillo que llueven sobre la atmósfera de Saturno provocan este calentamiento“. Y eso puede ocurrir, explica la agencia espacial, por el impacto de micrometeoritos, bombardeo de partículas de viento solar, radiación ultravioleta solar u otras fuerzas electromagnéticas.
“Cuando la sonda Cassini de la NASA se sumergió en la atmósfera de Saturno al final de su misión en 2017, midió los componentes atmosféricos y confirmó que muchas partículas caían desde los anillos”, detallan.
“Aunque la lenta desintegración de los anillos es bien conocida, su influencia en el hidrógeno atómico del planeta es una sorpresa. Desde la sonda Cassini, ya sabíamos sobre la influencia de los anillos. Sin embargo, no sabíamos nada sobre el contenido de hidrógeno atómico, “, dijo Lotfi Ben-Jaffel, del Instituto de Astrofísica de París la Universidad de Arizona, autora del estudio publicado en Planetary Science Journal.
“Todo está impulsado por partículas de anillos que caen en cascada a la atmósfera en latitudes específicas. Modifican la atmósfera superior, cambiando la composición. Y luego también tienes procesos de colisión con gases atmosféricos que probablemente estén calentando la atmósfera a una altitud específica”, explicó.
La clave de Ben-Jaffel para llegar a estas conclusiones armando una especie de rompecabezas a partir de los datos del Cassini y las Voyager, fue añadir mediciones del Espectrógrafo de Imágenes del Telescopio Espacial (STIS) del Hubble, que complementaron con su precisión.
“Cuando todo estuvo calibrado, vimos claramente que los espectros son consistentes en todas las misiones. Esto fue posible porque tenemos el mismo punto de referencia, del Hubble, sobre la tasa de transferencia de energía de la atmósfera medida durante décadas”, puntualizó.
Además, tras conocer esta fórmula y los hallazgos que le trajo, plantea que aún queda mucho por investigar sobre Saturno y otros exoplanetas con atmósferas que podrían tener anillos.
“Eventualmente, queremos tener un enfoque global que produzca una firma real sobre las atmósferas en mundos distantes. Uno de los objetivos de este estudio es ver cómo podemos aplicarlo a los planetas que orbitan alrededor de otras estrellas. Llámalo la búsqueda de ‘exo-anillos’“, concluyó.