Frank Rubio (NASA), Sergey Prokopyev (Roscosmos) y Dmitri Petelin (Roscosmos) deberán esperar varios meses antes de iniciar su regreso. En un principio, iban a retornar en marzo.

Tres astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI), dos de nacionalidad rusa y uno de ascendencia estadounidense, deberán postergar su retorno a la Tierra durante “varios meses” luego que su nave Soyuz MS-22 resultara dañada por el impacto de un meteoroide.

De acuerdo a la agencia espacial rusa Roscosmos, se enviará otra nave Soyuz sin tripulación a la EEI el próximo 20 de febrero.

La premura de la maniobra, sin embargo, no disipará la espera: la tripulación debe aguardar al arribo de sus reemplazantes antes de abandonar la EEI, cuyo despegue está programado recién para septiembre próximo.

A pesar que el lanzamiento de la nueva tripulación podría adelantarse en un par de semanas, Frank Rubio (NASA), Sergey Prokopyev (Roscosmos) y Dmitri Petelin (Roscosmos) deberán esperar al menos un par de meses antes de iniciar su viaje de regreso.

Los tres astronautas arribaron a la EEI en septiembre para una misión que duraría, en total, seis meses. Tras el incidente con el meteoroide, cumplirían alrededor de un año en órbita.

A pesar que la EEI cuenta con la Crew Dragon (de la compañía SpaceX), esta nave está reservada para sus cuatro tripulantes originales, quienes también permanecen en el complejo espacial. Con esto, en caso de una emergencia, los tres astronautas no contarían con equipamiento para una eventual evacuación.

“No lo llamamos una Soyuz de rescate”, señaló el 11 de enero en una rueda de prensa Joel Montalbano, director del programa de la Estación Espacial en la NASA, en alusión al modelo que despegará el 20 de febrero.

“La tripulación está a salvo a bordo de la estación espacial. Lo llamo una Soyuz de repuesto”, agregó, tal como consigna el matutino español La Vanguardia. A pesar de esto, se trata de una situación inédita en los 24 años de la EEI.

El rescate se produce después que los tripulantes del segmento ruso comunicaran en diciembre, al Centro de Control en Tierra, que había caído la presión en el sistema de refrigeración en la Soyuz MS-22, que apuntaba a una fuga.

Los daños, confirmados visualmente días después, se produjeron en el casco del segmento de equipos y propulsores de la nave.

El pasado 11 de enero, el jefe de Roskosmos, Yuri Borísov, dijo que el diámetro del agujero es de hasta 1 milímetro y es resultado del choque con un elemento de basura espacial a una velocidad de 7.000 metros por segundo.