La tarde del miércoles, la NASA compartió una nueva imagen del Sol y reparó en los “agujeros coronales” gigantes que se aprecian en ella, señalando que su forma parece una cara feliz. Sin embargo, esto se produce por el viento solar que sale expulsado desde la estrella hacia el espacio.
“El Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA captó al Sol “sonriendo”. Vistos en luz ultravioleta, estos parches oscuros en el Sol se conocen como “agujeros coronales” y son regiones donde el viento solar rápido brota hacia el espacio“, informó la agencia espacial a través de un tuit.
En concreto, los agujeros coronales fueron descubiertos en el Sol cuando los primeros telescopios de rayos-x sobrevolaron la atmosfera por primera vez apuntando hacia nuestra estrella. Fue entonces cuando dieron cuenta de estas regiones oscuras en la bola de fuego gigante que la Tierra orbita.
Según detalla el portal Space Weather Live, “las áreas de aspecto oscuro y vacío, son lugares donde el campo magnético del Sol llega al espacio para que estos gases calientes puedan escapar”.
Los “agujeros coronales” del Sol en realidad no son agujeros
Estas áreas, que aparecen y desaparecen en la superficie solar constantemente, se caracterizan por tener temperaturas y densidades mucho más bajas que sus alrededores y por eso se ven oscuras. Pero no son literalmente agujeros en sí, aclaran los expertos.
Esto ocurre por los constantes cambios en las líneas del campo magnético del Sol, que en ocasiones es diferente a las áreas amarillas y anaranjadas que son mayormente visibles.
“En lugar de mantener unido el gas caliente, estas líneas abiertas de campo magnético hacen que se forme un agujero coronal, por donde el viento solar puede escapar a altas velocidades”, explica el portal de clima espacial.
Este fenómeno solar incluso puede provocar perturbaciones -no peligrosas- en la Tierra. “Cuando un agujero coronal se coloca cerca del centro del disco solar que mira hacia la Tierra, estos gases calientes fluyen hacia el planeta a una velocidad mayor que el viento solar normal y provocan perturbaciones geomagnéticas y una mayor actividad auroral”, señalan.