El primer intento de la Humanidad para aprender a desviar un asteroide con la misión DART fue seguido por dos de los telescopios espaciales más famosos. Se trata del veterano Hubble y el flamante James Webb. Una colisión de la que cada uno ha dado su propia visión.
Ambos observatorios espaciales apuntaron hacia el asteroide Dimorphos, contra el que el pasado lunes se lanzó a una velocidad de 6,6 kilómetros por segundos la sonda DART. Esto para modificar ligeramente su órbita alrededor de un asteroide mayor, Didymos.
Estas observaciones no solo son un hito operativo para cada telescopio, sino que también hay cuestiones científicas clave relacionadas con la composición y la historia de nuestro Sistema Solar que los investigadores pueden explorar al combinar las capacidades de los dos telescopios.
Las observaciones conjuntas de Webb y Hubble permitirán conocer la naturaleza de la superficie de Dimorphos, la cantidad de material expulsado por la colisión y la rapidez, explicó la Agencia Espacial Europea (ESA) en un comunicado.
Además, la observación del impacto a través de una amplia gama de longitudes de onda entre Webb y Hubble revelará la distribución del tamaño de las partículas en la nube de polvo en expansión. Ayudando a determinar si arrojó muchos trozos grandes o principalmente polvo fino.
Todo ello ayudará a comprender hasta qué punto el impacto cinético de DART puede modificar la órbita de un asteroide, en el caso de que un día sea necesario para proteger a la Tierra.
¿Cómo trabajaron Hubble y James Webb?
Webb observó el lugar del impacto antes y después durante cinco horas. Su cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) muestra un núcleo compacto y apretado, con penachos de material que aparecen como volutas que se alejan del centro donde se produjo el impacto.
Los científicos tienen previsto seguir observando el asteroide en los próximos meses con los diversos instrumentos de Webb, que darán datos sobre su composición química.
Hubble también hizo observaciones antes del impacto y quince minutos después del mismo para tomar imágenes del choque en luz visible.
La eyección de material causada por DART en la superficie de Dimorphos se ve a ojos de Hubble como rayos que se extienden desde el cuerpo del asteroide.
Con las imágenes de Hubble, que lleva más de 30 años en servicio, los astrónomos estiman que el brillo de Didymos, el nombre del sistema binario de asteroides, se multiplicó por tres después del choque.
Los científicos están “especialmente intrigados” en saber por qué ese brillo se mantuvo luego estable, incluso ocho horas después del impacto.
Hubble observará Dimorphos diez veces más durante las próximas tres semanas, lo que le permitirá, a medida que la nube de eyección se expanda y desvanezca, obtener una imagen más completa de la expansión de la nube desde la eyección hasta su desaparición.
Las mejores respuestas científicas a lo sucedido con Dimorphos no llegarán hasta que la misión Hera, de la ESA, no llegue al asteroide, hacia el que está previsto parta en 2024.