Un nuevo estudio sobre la nebulosa de la Tarántula dio cuenta de que lo que se conocía como "la estrella más grande del universo a la fecha", no es tan inmensa como se calculaba. Resulta que su luz se confundía con la de otras estrellas cercanas y por eso se estimaba una mayor masa.

Una investigación sobre el núcleo de la nebulosa Tarántula, también conocida como 30 Doradus entregó nuevas revelaciones sobre la que se considera “la estrella más grande del universo”. El estudio se publicó en la revista Astrophysical Journal.

Se trata de la enorme estrella ubicada en el corazón de Tarántula, llamada R136. Los astrónomos descubrieron que este cuerpo celeste en realidad es un cúmulo de varias estrellas que se encuentran cercanas entre sí.

Así fue como se recopilaron nuevos datos de R136, que también es parte de la gran Nube de Magallanes, la región del espacio exterior que contiene las estrellas de mayor masa descubiertas a la fecha.

La luminosidad de R136 es tal, que se puede apreciar desde la Tierra a simple vista. Si bien, no es tan grande como se estimaba en un principio -entre 250 y 320 veces la masa del Sol-, si continúa en su posición de la más grande a la fecha. Ahora calculan su masa entre 170 y 230 la del Sol.

¿Cómo descubrieron que la estrella más grande del universo no era tan inmensa?

De este descubrimiento participó la doctora Mónica Rubio, Premio Nacional de Ciencias Exactas 2021 y astrónoma de la Universidad de Chile que forma parte del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).

“Las estrellas de mayor masa no son tan masivas como pensábamos”, explica Rubio. Además, agrega que para llegar a estos resultados se requirió más de un año de investigación utilizando el Telescopio Gemini Sur, ubicado en Cerro Pachón en la Región de Coquimbo.

“Fue el gran espejo de 8.1m y el instrumento llamado “Zorro” el que nos permitió tomar las imágenes ópticas más nítidas que se pueden tomar desde tierra actualmente revelando que donde se creía había solo una estrella en realidad son varias”, afirmó.

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Telescopio Gemini Sur

Rubio también explica que este hallazgo podría hacer replantear los modelos de formación estelar que se han estudiado hasta hoy. “Podría implicar que quizás las primeras estrellas en el universo tampoco fueron tan masivas como los modelos requieren”, dice la astrónoma.

Adicionalmente, señala que uno de los métodos más efectivos para aclarar estas dudas sería recurrir al observatorio espacial más cotizado en estos momentos. “Esto se podrá dilucidar con futuras observaciones solo posibles con el telescopio James Webb”, aseveró.

En este trabajo también participaron Venu Kalari, el autor principal del estudio; y Ricardo Salinas, astrónomo del observatorio Gemini Sur en la Región de Coquimbo. Adicionalmente, colaboraron ingenieros chilenos del observatorio CATA, junto a un equipo de la NASA.