El hallazgo tuvo lugar en la galaxia enana vecina conocida como la Gran Nube de Magallanes. Allí encontraron un agujero negro inactivo, que causó varias dudas entre los astrónomos, puesto que no emite radiación como otros que ya se conocen.
El objeto misterioso se reveló a través de su acción gravitatoria y no por su radiación. Además, sería el primer agujero negro inactivo encontrado fuera de la Vía Láctea. Los astrónomos estiman que se formó sin una explosión de una supernova, como es común.
El estudio fue publicado en la revista Nature (Astronomy) y se desarrolló gracias a un equipo de expertos que se apodan “La policía de agujeros negros”. Esto porque se enfocan exclusivamente en estudios del área.
“Aquí, informamos sobre VFTS 243: un binario masivo débil de rayos X en la Gran Nube de Magallanes. Con un período orbital de 10,4 días, comprende una estrella de tipo O de 25 masas solares y una compañera invisible de al menos nueve masas solares”, dice el paper.
Adicionalmente, señalan que a pesar de su inmensidad, es un agujero negro débil y notaron que no nació de una supernova tras estudiar su órbita. “La órbita (casi) circular y la cinemática de VFTS 243 implican que el colapso del progenitor en este agujero negro se asoció con poco o ningún material expulsado”, indican.
Y es que al objeto se le llama “inactivo” porque no está emitiendo rayos X, razón por la que se ha detectado a la mayoría de agujeros negros que se conocen hoy. Este en particular se encuentra orbitando una estrella, es por esto lo catalogaron como “binario”.
¿Cómo encontraron este tipo de agujero negro?
La coautora Julia Bodensteiner, investigadora del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Alemania, cuenta para el medio Deutsche Welle, que el proceso tomó bastante tiempo. “Durante más de dos años, hemos estado buscando este tipo de sistemas binarios de agujeros negros”, dijo.
Para encontrarlo, La policía de los agujeros negros rastreó casi 1000 estrellas masivas que habitan en la Nebulosa Tarántula de la Nube de Magallanes. Los expertos estimaban que estas estrellas podrían tener agujeros negros enlazados a ellas.
Algunos de los autores del estudio, incluso admiten que no creían que este tipo de objetos existieran. “Como investigador que ha refutado posibles agujeros negros en los últimos años, era extremadamente escéptico con respecto a este descubrimiento”, señaló Tomer Shenar, autor principal.
Esto pone en duda algunos de los principales conocimientos sobre agujeros negros que han recopilado los científicos con el tiempo. Puesto que, siempre han teorizado que estos objetos nacen tras el colapso de una estrella moribunda, ahora existen nuevos procesos que estudiar sobre su formación.
“La evidencia de este escenario de colapso directo ha surgido recientemente, pero podría decirse que nuestro estudio proporciona una de las indicaciones más claras. Esto tiene enormes implicaciones para el origen de las fusiones de agujeros negros en el cosmos”, complementa Shenar.