El telescopio espacial James Webb comenzó esta semana uno de los últimos procesos que debe cumplir antes de funcionar en su totalidad. Los astrónomos estiman que, dentro de poco, se podrán captar imágenes de lo que serían las primeras galaxias que se crearon después del Big Bang.
El James Webb es un telescopio que fue lanzado en diciembre de 2021 al espacio, en reemplazo del Hubble que se detuvo el 13 de junio de ese mismo año. Luego de 26 años de trabajo desde la Tierra, el James Webb actualmente se encuentra en su fase final.
Esto significa, que todos sus instrumentos se enfriaron a la temperatura necesaria para comenzar a funcionar de manera óptima, alcanzando los -266° C. Se trata de los espejos gigantes que contiene la estructura del telescopio, que ahora deben pasar una prueba de estabilidad térmica. Esto para comprobar su correcto funcionamiento.
Luego, se pondrán en marcha todos los instrumentos que componen al James Webb y se probaran sus modos y operaciones. “Haremos una calibración astrométrica para cada instrumento, midiendo las pequeñas distorsiones ópticas en ellos para mapear cada píxel en el detector con la ubicación precisa en el cielo que verá”, informó la NASA para la revista Muy Interesante.
¿Dónde está el James Webb y que se espera de él?
El telescopio se encuentra en Lagrange L2, un punto del espacio ubicado a 1,5 millones de kilómetros lejos de la Tierra. Un lugar perfecto para estacionar un telescopio espacial por su estable ambiente térmico.
Las principales tareas del James Webb, son buscar las primeras galaxias que se formaron después del Big Bang, observar la formación de estrellas, determinar la evolución de las galaxias y medir las propiedades físicas y químicas de los sistemas planetarios en busca de cuerpos celestes potenciales de albergar vida.
Se espera que el instrumento, comience estos proyectos a finales de junio de 2022 y si todo sale bien, las primeras imágenes e información recolectadas llegarán a la tierra en julio.
La misión del James Webb está planeada para desarrollarse durante mínimo 5 años, pero la NASA estima que el proyecto tiene una vida útil de una década.