La comunidad científica a cargo de monitorear el territorio de Marte se ha declarado sorprendida dada la inusual actividad sísmica del terreno del planeta.

Los encargados del sismómetro de la misión InSight de la NASA informaron que no se han detectado sismos durante los últimos meses de 2020, lo que significa un drástico cambio al comparar con la alta actividad sísmica registrada durante 2019.

Según informó La Nación, Marte mantenía desde abril del año pasado una gran cantidad de sismos, pero se ha visto reducida a unos pocos movimientos recientemente.

“Eso puede estar diciendo algo sobre Marte, o puede estar diciendo algo sobre la suerte”, comentó Mark Panning, sismólogo del Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory, JPL) de la NASA en el sur de California y quien lidera la misión InSight.

El citado medio especificó que InSight comenzó a detectar terremotos en el suelo de Marte de manera regular e, incluso, llegaron a registrarse diariamente. A mediados de 2020 esta frecuencia se vio reducida, llegando a punto en que, desde septiembre, se han detectado apenas cinco temblores.

Por su parte, el investigador principal del proyecto, Bruce Banerdt, añadió que “a veces obtienes grandes destellos de información asombrosa, pero la mayoría de las veces estás averiguando lo que la naturaleza tiene que decirte”. Dada la situación, los científicos deberán continuar analizando el terreno para esclarecer si el aparato medidor aterrizó en Marte en un período particular de su actividad sísmica.

¿A qué se atribuye este fenómeno?

Los investigadores atribuyen esta variante a los vientos de Marte, dado que, durante junio han aumentado y eso podría afectar el sensor del dispositivo InSight, impidéndole detectar todos los movimientos.

“Dado que estamos trabajando con eventos que son mucho más pequeños de lo que prestaríamos atención en la Tierra, descubrimos que tenemos que prestar mucha más atención al viento”, explicó Banerdt.

Una diferencia entre los terremotos de Marte con los de la Tierra detectada por los científicos es la ausencia de onda superficiales. “No es totalmente desconocido tener terremotos sin ondas superficiales, pero ha sido una sorpresa”, dijo Panning.

La falta de actividad superficial podría atribuirse a una fractura de 10 km. donde se ubica el sensor InSight, o bien, que los temblores del lugar provienen de lo más profundo del planeta, por lo que no alcanzarían a percibirse en la superficie.