El lunes 21 de diciembre será un día histórico en la astronomía porque veremos un acontecimiento que no ocurría en estas condiciones desde hace siglos: la Gran Conjunción Planetaria entre Júpiter y Saturno.
Esta conjunción entre Júpiter y Saturno es extremadamente rara porque, si bien ocurre cada dos décadas, las condiciones en que se dará este lunes no coincidían desde hace 800 años.
Este fenómeno también ha sido asociado a la “Estrella de Belén” descrita por la Biblia.
El 21 de diciembre, Júpiter y Saturno estarán alineados de tal manera que parecerá que forman un planeta doble. Lo destacado es que desde hace 400 años que ambos no habían estado tan cerca del otro, y hace unos 800 años que el encuentro no tenía lugar por la noche.
Esto significa que será visible en casi todo el mundo, aproximadamente una hora después de que se esconda el sol, y se verá mejor más cerca de la línea del Ecuador, dado que allí durará más tiempo.
“La cercanía es una cuestión de perspectiva: en realidad estos dos planetas están separados por cientos de millones de kilómetros”, explica Juan Carlos Beamin, astrónomo y coordinador científico del Centro de Comunicación de las Ciencias de la Universidad Autónoma de Chile, en un comunicado de prensa.
El experto acota que, aunque será visible a simple vista, si tienes un telescopio pequeño o un par de binoculares, “puede que veas también las cuatro lunas más grandes de Júpiter y Titán, el satélite más grande de Saturno”.
Por su parte, Arturo Gómez, astrofotógrafo chileno, entrega a BioBioChile más indicaciones para que las personas puedan ver el evento: “A contar de las 21:30 horas y mirando hacia el poniente, es decir, hacia el mar, estarán ambos planetas tan juntos, que se recomienda el uso de binoculares para poder ‘separarlos’ angularmente”.
“Júpiter y Saturno estarán dentro de la constelación de Capricornio y
el sol en Sagitario, junto a Mercurio. Como ambos estarán tan bajos hacia el poniente, desde las 21:30 horas se recomienda su observación”, añade Gómez.
Y cuenta un dato curioso: “En el pasado, durante la época del Nacimiento de Jesús, hubo una serie de fenómenos astronómicos asociados a la Estrella de Belén. En aquél entonces, la transparencia atmosférica era óptima y la visión de los fenómenos astronómicos, durante la noche ¡espectacular!”.