Neil Armstrong en la superficie lunar | NASA

A 51 años del primer alunizaje: ¿por qué Neil Armstrong fue el primero en pisar suelo lunar?

20 julio 2020 | 14:25

Fue un día como hoy, pero de 1969, cuando tres astronautas lograron alunizar. Nos referimos a Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, quienes formaron parte de la misión espacial Apolo 11 de la NASA.

“Es un pequeño paso para el hombre; un gran salto para la humanidad”, es probablemente la frase más popular y relevante para la raza humana, palabras que salieron de la boca de Armstrong mientras pisaba la superficie lunar.

Si bien la la ambiciosa misión finalmente concluyó de manera exitosa, son muchas curiosidades las que rodean este importante logro impulsado por miles de científicos, ingenieros e investigadores.

Una de ellas tiene relación con la elección del encargado de pasar a la historia como el primer hombre en caminar sobre la Luna. ¿Qué fue lo que llevó a la agencia espacial norteamericana a determinar quién sería el primero en salir del módulo?

Armstrong, Collins y Aldrin | NASA

Tal como recoge un artículo de El País, las circunstancias impidieron que Aldrin fuera el elegido para descender primero de la nave hacia la superficie de la Luna. De hecho, lo irónico es que él nunca escondió sus deseos de ser el elegido, a diferencia de Armstrong, cuyo único anhelo era que la misión finalizara exitosamente.

En los años previos al lanzamiento del Apolo 11, se decidió que para evitar suspicacias o acusaciones de favoritismo, se establecería un rígido sistema de selección: cada vuelo del programa Apolo tendría una tripulación de tres miembros, además de un segundo equipo de reserva y un tercero de soporte.

De esta manera, los reservas de uno serían los titulares tres vuelos más tarde, lo que ayudaría a todos los astronautas a entrenar con el tiempo adecuado para las misiones.

Fue así como los suplentes asignados al vuelo del Apolo 8 fueron Armstrong, James Lovell y Edwin Aldrin. No obstante, poco antes de la fecha prevista, Collins tuvo que someterse a una operación de cervicales, por lo que su lugar fue intercambiado con el de Lovell. De acuerdo al sistema de rotaciones, el equipo de reserva sería el encargado de pilotar el vuelo número 11, que de acuerdo a las circunstancias, podría ser el primero en requerir el descenso de sus astronautas en la Luna.

De acuerdo al citado medio, la tradición indicaba que el copiloto era quien realizaba las caminatas espaciales, mientras el comandante permanecía a bordo. Esto tenía sumamente entusiasmado a Aldrin, piloto del módulo lunar de la misión Apolo 11.

No obstante, el primero de los argumentos que jugó en su “contra” tuvo relación con algo meramente técnico. Debido a que ocupaba el puesto de pilotaje de la derecha, su paso hacia la portezuela del módulo era complejo, ya que ésta se abría hacia adentro de izquierda a derecha.

Lo anterior, sumado a lo complejo que era moverse con los trajes espaciales y la estrechez de la cabina, hizo que resultara más sencillo que Armstrong bajara del módulo.

“Para que Aldrin saliera primero, habría sido necesario que un astronauta con una mochila voluminosa subiera sobre otro. Cuando se intentó ese movimiento, se dañó la maqueta del módulo”, explica la NASA en su sitio Apollo Expeditions to the Moon.

Por su parte, la veteranía de Armstrong en su cargo también fue un factor clave, según apunta la BBC, aduciendo a “su inteligencia y sus múltiples habilidades técnicas”.

Al respecto, Reg Turnill, corresponsal para asuntos aeroespaciales del medio británico en aquella época, indicó que el comandante del Apolo 11 demostró tener más que capacidades técnicas, calificándolo como un “cerebrito”.

Prueba de ello, aseveró Turnill, es la icónica frase dicha por el astronauta al caminar en piso lunar. “La inventó él camino al espacio, pero se la guardó hasta el momento de pronunciar aquellas famosas palabras, que marcaron la llegada del hombre a la Luna”, puntualizó.

Finalmente, existe otra razón por la que Armstrong fue elegido como el primer hombre que caminaría en la Luna. Sin embargo, nunca ha sido reconocida de manera oficial.

Y es que Armstrong era un piloto civil, a diferencia de Aldrin, quien era un coronel de la Fuerza Aérea en activo. Según El País, es posible que se haya considerado como más políticamente correcto que el primero en posarse sobre la superficie lunar no tuviera un empleo militar.

Aunque ahora sea sólo una anécdota, no deja de ser llamativo que en un primer momento Aldrin se mostrara sumamente decepcionado por no ser el primero en salir del módulo lunar, aún cuando con el paso del tiempo terminara aceptando la decisión.

En ese sentido, el medio 20 Minutos consignó que finalmente consideró que la NASA había decidido el orden de salida basándose exclusivamente en el diseño interior del módulo lunar y la ubicación de los tripulantes en la cabina, criterio de ingeniería que parecía tener mayor sentido.

“Nuestra conclusión fue que la decisión sobre quién debía ser el primero vendría determinada por la asignación de tareas en la superficie lunar y por nuestra ubicación en el módulo lunar”, recordó Aldrin tiempo después del alunizaje.

“A menos que hubiera cambios, como piloto del módulo lunar yo estaría a la derecha, la posición habitual de un piloto, y Neil a la izquierda, junto a la escotilla. Cambiar de posición con Neil después del alunizaje no era práctico y constituía una complicación añadida. Y, hasta donde yo sé, fue así cómo se dirimió finalmente el asunto”, puntualizó.