China busca establecer un día una base internacional en la Luna, quizás utilizando la tecnología de impresión en 3D para construir las instalaciones, anunció el lunes la agencia espacial del país, responsable del primer alunizaje en la cara oculta de la Luna con la sonda Chang’e-4.
Después de Chang’e-4, están planificadas otras cuatro misiones lunares, explicó la agencia espacial china, la CNSA, confirmando el lanzamiento del módulo de exploración Chang’e-5 antes de fin de año para recopilar muestras y traerlas a la Tierra.
La última de estas misiones estará destinada a probar equipos con la vista puesta en una base internacional de investigación lunar, dijo en una conferencia de prensa Wu Yanhua, jefe adjunto del Programa de Exploración Lunar de China.
“China, Estados Unidos, Rusia y Europa debaten sobre la construcción de una base o de una estación de investigación en la Luna”, observó Wu.
Los científicos llevan a cabo investigaciones para saber “si podemos utilizar la tecnología de impresión 3D” para construir instalaciones lunares, añadió.
China, cuyo programa espacial está gestionado por el Ejército Popular de Liberación, logró dar un gran paso el 3 de enero, al convertirse en el primer país en alunizar un vehículo en la cara oculta de la Luna.
“La edad de la Luna”
El módulo Chang’e-4 (nombrado así en honor a la diosa de la Luna en la mitología china), despegó de la Tierra el 8 de diciembre transportando un pequeño robot teleguiado con ruedas, el Yutu-2 (“Conejo de Jade 2”).
Este abandonó la sonda unas horas después del alunizaje para realizar análisis en el cráter Von Karman, situado en la cuenca del Polo Sur-Aitken, el mayor cráter de impacto conocido en el sistema solar. El jueves pasado reanudó sus actividades tras haber hibernado cinco días para protegerse del frío.
“Será la primera vez que podremos estudiar el origen y la formación de la cara oculta de la Luna, e incluso la edad de la Luna”, explicó Wu Weiren, ingeniero jefe del programa chino de exploración lunar.
Inicialmente estaba previsto que el módulo Chang’e-5 recopilara muestras en el segundo semestre de 2017. Sin embargo, su lanzamiento se retasó por el fracaso en julio de ese mismo año de una misión destinada a poner en órbita un satélite de comunicaciones, poco después del cohete Larga Marcha 5 Y2, que también debía ser su lanzadera.
Tras la misión Chang’e-5, China lanzará Chang’e-6 para recopilar muestras del polo sur de la Luna y traerlas a la Tierra, según Wu.
“Decidiremos si lo hará en la cara oculta de la Luna o en la cara más cercana a la Tierra, en función de lo que haya recogido Chang’e-5”, explicó.
Después será el turno de Chang’e-7, que llevará a cabo “una exploración completa del polo sur de la Luna”, incluyendo su topografía, su composición y su entorno espacial.
Más tarde, la misión Chang’e-8 llevará a cabo ensayos tecnológicos y “una exploración previa para que varios países construyan juntos una base de investigación lunar en el futuro”, según Wu.