Un cohete de Virgin Galactic con dos pilotos a bordo voló más alto que nunca, sobrepasando lo que el ejército estadounidense considera las fronteras del espacio y convirtiéndose en el primer vuelo tripulado desde 2011 que sale de suelo estadounidense.
Estados Unidos no había mandado a nadie al espacio desde su territorio desde el cese del programa de transbordadores espaciales de la NASA en 2011, y utiliza los cohetes rusos Soyuz para llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Desde entonces las empresas privadas que intentan construir vehículos capaces de enviar astronautas al espacio libran una batalla comercial.
En este enfrentamiento, Virgin Galactic franqueó este jueves una etapa importante cuando su aparato VSS Unity consiguió alcanzar una altura de 82,7 kilómetros.
VSS Unity no despegó directamente desde la Tierra, fue transportado por un avión de carga que salió del “espaciopuerto” de Mojave, en California, y, tras haber sido liberado, sus dos pilotos a bordo encendieron el motor y pusieron rumbo al cielo para conseguir altitud.
“Bienvenido al espacio”, escribió el grupo en Twitter. “Hemos viajado a Mach 2,9 (unos 3.550 km/h). Eso es 2,9 veces la velocidad del sonido”, precisó.
SpaceShipTwo, welcome to space. 🚀🌎 pic.twitter.com/tHHNSlkrd0
— Virgin Galactic (@virgingalactic) December 13, 2018
Normalmente se cree que la frontera del espacio se encuentra a 100 km, pero el ejército estadounidense considera que se encuentra un poco más abajo, a unos 80,4 km, mientras los aviones de pasajeros vuelan a unos 10 km de altitud.
Este vuelo supone una victoria excepcional para esta sociedad espacial fundada por el británico Richard Branson, que se esfuerza por enviar a turistas al espacio por un precio de 250.000 dólares (170 millones de pesos chilenos) el asiento. Más de 600 clientes ya han pagado el precio.
Branson, que ya había afirmado en la cadena CNN en noviembre que esperaba ver a sus pilotos llegar al espacio “antes de Navidad”, escribió este jueves en un comunicado: “Hoy, por primera vez en la historia, una nave tripulada construida para llevar a pasajeros privados, ha llegado al espacio”.
“Es un día crucial, y no podría sentirme más orgulloso de nuestros equipos que han abierto un nuevo capítulo de la exploración espacial”, agregó.
Cargamento de la NASA
La agencia espacial estadounidense pagó a Virgin Galactic para que VSS Unity volara con cuatro experimentos de ciencia y tecnología espacial “haciendo de este vuelo de Virgin Galactic el primero que genera fondos”, dijo la compañía.
“Felicitaciones a @VirginGalactic por el vuelo exitoso de SpaceShipTwo al espacio suborbital con cuatro cargamentos de @NASA_Technology a bordo”, expresó por su parte la NASA en Twitter.
Congrats to @VirginGalactic on SpaceShipTwo successfully flying to suborbital space with our four @NASA_Technology payloads onboard. With a good rocket motor burn, the mission went beyond the 50-mile altitude target. Learn more about our tech onboard: https://t.co/CnVFu1eSQz https://t.co/D1AhE1Uzxm
— NASA (@NASA) December 13, 2018
El pasado mes de julio, VSS Unity alcanzó 52 km en la parte de la atmósfera llamada mesosfera, más allá de la estratosfera.
Otra compañía estadounidense, más discreta que Virgin, está bien posicionada para convertirse en la primera que manda pasajeros al espacio: Blue Origin, fundada por el millonario Jeff Bezos, dueño de Amazon, pero parece que ha decidido hacerlo con un pequeño cohete.
La fecha del primer vuelo comercial de Virgin Galactic fue pospuesta en varias ocasiones, sobre todo por el accidente que costó a vida a un copiloto en un vuelo de prueba en 2014.
“Lo que hemos presenciado hoy es la evidencia más convincente de que el espacio comercial está llamado a convertirse en una de las industrias que definan el siglo XXI” señaló George Whitesides, presidente de Virgin Galactic y de The Spaceship Company.