Un programa informático se vio perturbado “por informaciones contradictorias” justo antes del aterrizaje en Marte. Esta es una de las conclusiones de la investigación encargada por la Agencia Espacial Europea (ESA), sobre el accidente del módulo europeo Schiaparelli el 19 de octubre.
La aventura del módulo de aterrizaje experimental, que acababa de realizar un viaje de siete meses hacia Marte llevando una sonda rusoeuropea, se terminó brutalmente con una caída libre de 3,7 km.
El impacto contra el suelo se produjo a una velocidad de 540 km/h, y así lucía sobre la superficie de Marte:
La investigación, realizada por expertos independientes bajo la presidencia del inspector general de la ESA, divulgada en internet el miércoles por la noche, corrobora las primeras hipótesis avanzadas por la agencia en noviembre.
También formula una serie de recomendaciones para evitar que tales “defectos o debilidades” se vuelvan a producir en el futuro, indicó la agencia.
Europa y Rusia preparan una misión conjunta, ambiciosa y delicada, que prevé enviar a Marte en 2020 un robot móvil encargado de perforar el suelo para intentar encontrar muestras de vida pasada.
“Existe claramente un cierto número de cuestiones que deberían haber recibido más atención en la preparación, validación y verificación del sistema de entrada, de descenso y de aterrizaje”, considera David Parker, director de vuelos tripulados y de exploración robótica de la ESA.
“Tendremos en cuenta las lecciones” de este episodio para la preparación de la misión ExoMars 2020, agregó.
Hasta ahora, solo los estadounidenses han conseguido hacer aterrizar en Marte aparatos que lograron funcionar.
El informe de la investigación europea subraya que el módulo experimental Schiaparelli “estuvo muy cerca de aterrizar con éxito en Marte en el lugar previsto”.