Recientemente, inició la construcción de “Orion”, el primer laboratorio de máxima seguridad biológica (nivel 4) en Sudamérica. En este recinto se almacenarán organismos letales y sin cura para su posterior estudio científico.
Según informa la revista Nature, el laboratorio se está construyendo en Brasil, junto a una instalación de sincrotrón circular en el Centro Brasileño de Investigación en Energía y Materiales (CNPEM), en Campinas, São Paulo.
Si bien se han debatido los riesgos biológicos de almacenar patógenos mortales, los científicos creen que será un importante aporte para la ciencia regional y muchos se han mostrado entusiastas con la iniciativa.
Según Flávio Fonseca, virólogo de la Universidad Federal de Minas Gerais en Belo Horizonte, un laboratorio de seguridad biológica nivel 4 es “necesario e incuestionable”, ya que en Sudamérica se han registrado diversos brotes en los últimos años.
“Hemos visto aumentar el número de brotes epidémicos, incluso pandémicos, en los últimos 100 años”, reflexionó. En Brasil en particular, la tala de la selva amazónica para diversos usos incrementa las posibilidades de desatar brotes, ya que los humanos entran en contacto con animales que pueden tener virus previamente desconocidos.
En la misma línea, los científicos advierten que el cambio climático está expulsando a especies de lugares remotos a zonas más pobladas, lo cual también aumenta el riesgo. “Necesitamos un laboratorio como este para poder dar respuestas rápidas”, dijo por su parte Fernando Spilki, virólogo veterinario de la Universidad Feevale en Novo Hamburgo.
¿Cómo funcionará el laboratorio Orion?
De acuerdo con Nature, el laboratorio finalizaría su construcción en 2026 y podría comenzar a estar operativo en 2028. Asimismo, contará con laboratorios de nivel inferior en algunas zonas, 2 y 3.
Si bien los laboratorios de bioseguridad nivel 4 tienen una clasificación que parece amenazante, son los más seguros de todos y funcionan bajo estrictos protocolos para el ingreso y la salida de los científicos que estudiarán los patógenos y virus.
Allí se almacenarán organismos que se pueden transmitir por el aire y que son mortales. Los laboratoristas tendrán que darse duchas especiales y cambiarse de ropa antes de salir, y mientras estén adentro, usarán trajes que contendrán su propio suministro de aire, para no exponerse.
Este será el único laboratorio de bioseguridad máxima en Latinoamérica y el único del mundo equipado con un sincrotrón, que es un acelerador de partículas que produce radiación de alta potencia para la toma de imágenes.
Con este equipo, los científicos podrán observar las estructuras de los patógenos y cómo es el mecanismo con el que infectan las células, los tejidos y los pequeños organismos con los que experimentarán.
A la fecha, existen 51 laboratorios de bioseguridad máxima en el mundo, la mayoría están en Canadá, Europa y Estados Unidos, otros 18 están en construcción, informa el medio.
