El equipo de Neurocirugía del Hospital Barros Luco, en colaboración con el renombrado neurocirujano español Jesús Martín-Fernández, llevaron a cabo tres intervenciones pioneras entre el 18 y el 20 de marzo en pacientes conscientes, con el objetivo de explorar una innovadora técnica para conservar las emociones de los pacientes tras cirugías cerebrales.
El procedimiento consistió en aplicar un test con inteligencia artificial durante las intervenciones, con el fin de identificar las áreas críticas involucradas en el reconocimiento de las emociones y así preservarlas durante la extracción del tumor.
Según explicó Martín-Fernández, esta técnica busca mejorar la calidad de vida de los pacientes al evitar posibles secuelas emocionales tras la cirugía: “Se les aplicó un test con inteligencia artificial, mientras estaban siendo intervenidos, para tratar de identificar áreas críticas involucradas en el reconocimiento de las emociones, con el fin de preservarlas durante la extracción del tumor y mejorar así la calidad de vida de los pacientes”.
El Dr. Víctor Hernández, neurocirujano del Hospital Barros Luco Trudeau y responsable de las intervenciones, enfatiza por su parte en que “en el hospital hemos operado a varios pacientes despiertos y, en algunos casos, previo a la cirugía, nos hemos encontrado con personas histriónicas, pero, posterior a la intervención, se vuelven más apáticas, con sus emociones alteradas y en ese sentido este test disminuye la probabilidad de generar este tipo de secuelas”.
¿Cómo funciona este innovador test?
Martín-Fernández explica que se aplica una corriente en una zona específica del cerebro para determinar su importancia en las funciones emocionales. Luego, utilizando un software desarrollado por su equipo, se presenta a los pacientes imágenes que generan estados emocionales complejos, permitiéndoles “ponerse en el lugar del otro” y predecir la emoción asociada.
De esta forma, la persona, estando despierta y tras visualizar la imagen exhibida, al momento de responder podría cambiar una palabra por otra o bien podría reconocer una emoción diferente a la que, previo a la cirugía, reconocía, estableciéndose así el área crítica que debe ser preservada.
“A grandes rasgos, el test permite, por ejemplo, que el paciente reconozca las expresiones de una imagen elaborada por IA mientras se le estimula el cerebro, haciendo un movimiento voluntario del brazo a la par. Esto permite, en cierta medida, asegurar que la persona va a volver a sus quehaceres de la mejor forma posible”, explica Hernández, quien agrega que “la idea es aprender cómo funciona este software y ver cómo podemos implementarlo acá”.
Actualmente el test se encuentra en fase de validación en varios idiomas, y se emplea en el seno de la técnica del Mapeo Cognitivo-Emocional desarrollado por su mentor, el neurocirujano francés Hugues Duffau.