La compañía Precision Neuroscience ya está probando su chip en los cerebros de voluntarios, manteniéndolos por 15 minutos para hacer pruebas y luego retirarlos.
Los delicados experimentos ocurrieron entre abril y mayo, a mano de cirujanos de la Universidad de West Virginia, Estados Unidos. Hasta el momento, tres personas han participado y permitido que el implante lea, registre, y “mapee” la actividad eléctrica de sus lóbulos temporales, que ayuda a procesar la información sensorial.
Se trató de pacientes que ya estaban ingresados en hospitales por tumores cerebrales, reportó Wired.
El pequeño artefacto estaría diseñado para adecuarse cuidadosamente a la superficie del cerebro se instala por encima del cerebro, y no en su interior, para facilitar su implantación y hacer menos probable que cause daño al tejido cerebral.
El jefe científico y co-fundador de Precision, Benjamin Rapoport, explicó que “esta es la primera vez que nuestra tecnología llega a pacientes humanos”, indicando que dado el bajo riesgo que el estudio implicaba para los pacientes ni siquiera necesitaron el permiso de la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense, pero sí requirieron su aprobación para probar la interfaz cerebro-computador.
En adelante, contemplan probar el implante para fines de diagnóstico, un avance respecto de los electrodos usados actualmente para detectar tumores y ataques de epilepsia, pero no se quedarán ahí: “Estamos en la cúspide de una nueva generación de interfaces más significativas que nos permiten restaurar la función o la movilidad de los pacientes discapacitados”, aseguró Peter Conrad, jefe de neurocirugías en el Instituto de Neurociencia Rockefeller de la Universidad de West Virginia.
Así, la compañía compite por ejemplo con Neuralink de Elon Musk, que recientemente consiguió permiso para probar sus implantes cerebrales en humanos.