Como millones de chilenos y chilenas, estuve este viendo y escuchando la lectura del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, y la inmediata vorágine de reacciones y comentarios que provocó en Chile, Bolivia y la comunidad internacional.

En la medida que se tomaba conocimiento del veredicto de la Corte, se iba formando una sucesión de argumentos que daban a la posición chilena una fortaleza granítica y, en consecuencia, la posición boliviana se desmoronaba paso a paso.

Por tanto, soy parte también de quienes han sentido que Chile obtuvo un fallo a favor, sin fisuras y de alcance histórico, pero no sólo es un respaldo a nuestro país, sino que como dijo el agente chileno ante La Haya, Claudio Grossman, es un triunfo del Derecho Internacional y un categórico apoyo a la búsqueda pacífica de soluciones a las controversias entre los Estados.

En el caso de Bolivia, el presidente Morales debió realizar muchos esfuerzos para controlar su ofuscación inicial…
- Camilo Escalona

Ahora bien, las autoridades chilenas han tenido una respuesta justa en lo esencial, con aires de triunfalismo que se pudieron evitar, pero dentro del marco del respeto y también firmeza, que ha ido afinando en el tiempo la posición chilena. En el caso de Bolivia, el presidente Morales debió realizar muchos esfuerzos para controlar su ofuscación inicial y el malestar que ha empapado tanto su posición personal como las perspectivas de poder de su sector.

Es obvio que han debido aplazar iniciativas vinculadas a la reelección de Evo Morales y que su deseada instalación como referente continental quedó postergada porque se ha fundado en una campaña de exacerbación del nacionalismo contra Chile, con graves daños a la buena vecindad en la región al dar como segura una decisión que no era suya, que radicaba en la Corte de La Haya.

El riesgo objetivo de Evo Morales para la región ha sido hacer exigible toda demanda y validar cualquier conducta, incluidos excesos en el lenguaje y ataques infundados, sólo porque su reivindicación es “justa”, como una especie de gigantesco bolsillo en que todo cabe y se permite, esa pretensión finalmente ha sido descartada por la Corte Internacional de Justicia.

Ahora Morales plantea dialogar, eso es un giro en su política, resulta evidente que no le ha sido fácil…
- Camilo Escalona

Su larga permanencia en el poder y una versión extrema de las aspiraciones bolivianas, fueron cambiando la naturaleza del proyecto político de Evo Morales que se redujo, a la postre, a un inconducente chovinismo con fines electoralistas. 

Ahora Morales plantea dialogar, eso es un giro en su política, resulta evidente que no le ha sido fácil después de tantos improperios hacia la posición de Chile su obligado interlocutor, pero es hábil de su parte, por la simple y sencilla razón que nuestro país no se puede negar al diálogo. Con un país vecino eso es imposible, no faltarán los motivos que hagan necesario conversar.

Por eso, menos mal, el fallo es contundente porque Evo Morales intenta salir de una incómoda posición, en todo caso, atender el interés de Bolivia como nación, significa un camino de paz y concordia con sus vecinos, entre ellos un interlocutor esencial para sus propias perspectivas nacionales, Chile, país que él tanto descalifica, pero que seguirá al otro lado de su frontera por siempre.

Camilo Escalona Medina
Ex Presidente del Senado
Vicepresidente Partido Socialista de Chile