Una vieja frase moldeaba la conformación del núcleo familiar “el casado casa quiere”, algo que se está transformando en una falacia el día de hoy y que se ve gravemente afectado por el alza sostenida de valor de un bien raíz en Santiago, realidad que atenta contra el presupuesto familiar y con ello el concepto fundamental de “familia”.
La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) dio a conocer un informe sobre acceso a la vivienda, que indica que el precio ha aumentado 67,8% entre 2011 y 2019, cifra muy preocupante, ya que de acuerdo a la figura Nº1, las remuneraciones van en total disparidad con esta alza, lo que muestra la imposibilidad de adquirir un bien raíz en el transcurso del tiempo y que en base a esta tendencia, podría seguir en aumento.
Cabe recordar que un estudio de la OCDE (2018) estableció que Chile se encuentra entre los países con peores sueldos y empleos más precarios de la organización.
Lo cierto es que ante esta situación y pese a que las bajas tasas hipotecarias que ofrece el mercado hoy en día, indicaría una oportunidad real para comprar y donde incluso se puede optar hasta por 40 años plazo, el endeudamiento crítico que presenta el común de los chilenos, y que según el último informe del Banco Central de Chile es de un 73,3% del ingreso disponible en el año 2018, deja muy poco margen para endeudarse y adquirir la apreciada casa propia.
Lo anterior, la situación de suelo disponible, mucha demanda y oportunismo, crea esta tormenta perfecta que será perjudicial para la sociedad en su estructura fundamental, se deberá optar a vivir con la familia o arrendar, situación que también ha llevado al alza de los arriendos ante la fuerte demanda y que por supuesto, será un buen negocio para los inversionistas que puedan adquirir propiedades para este fin.
El sueño de la casa propia será para muchos, nada más que eso “un sueño para algún día alcanzar”.
Dr. Marcelo Ortiz Breitler
Director de la Escuela de Ingeniería Comercial
Universidad Bernardo O’Higgins