Desde hace unos años se ha instalado la discusión al interior de las empresas, entre las autoridades y la Academia, acerca de cómo conciliar el trabajo con el tiempo libre y una mejor calidad de vida. En esa búsqueda han aparecido políticas de flexibilidad laboral, conciliación familiar y reducción de jornada laboral, entre otras.
Con el fin de conocer cuáles son las percepciones y opiniones actuales de los chilenos en torno al trabajo y, en particular, evaluar qué variables mueven a las personas al momento de escoger un trabajo, qué aspectos debiese impulsar las empresas y si el lugar donde se desempeña ha tomado medidas concretas que permitan proyectar su carrera en ella, Cadem y Banco Santander realizaron un estudio que recogió la mirada de 1.200 personas, divididas en tres tramos de edades, 25-35 años, 35-55 años y mayores de 55 años, residentes en todo Chile.
¿El resultado? El 59% de los chilenos sigue prefiriendo el sueldo por sobre más libertad y tiempo libre. La visión cambia un poco dependiendo del grupo etario. En el caso de los jóvenes (25 a 34 años), el 38% dijo que sí sacrificaría sueldo por tiempo libre, contra el 31% de las personas entre 32 y 54 años, y 34% entre los mayores de 55 años.
Sin duda, la remuneración continúa siendo la variable más relevante para todas las generaciones. Es así como el 53% señaló que al momento de escoger un trabajo lo más importante es que le paguen bien. Mientras que respecto de un cambio de empleo, el 77% lo haría por una mejor su remuneración.
En tanto, el 39% de los jóvenes cree que el aspecto más valioso que debería impulsar su empresa o lugar de trabajo para aumentar su satisfacción y confianza es pagar buenos sueldos (más de 10 puntos que en el total de trabajadores).
“Las empresas tenemos el desafío de crear espacios laborales donde las personas se puedan desarrollar y crecer. La remuneración, sin duda, es una variable fundamental, pero en nuestra experiencia esto no es lo único; el reconocimiento, la formación continua, el ambiente laboral, la conciliación de la vida personal y laboral, entre otros, son aspectos que enriquecen la experiencia en el lugar de trabajo”, afirmó María Eugenia de la Fuente, gerente de la División Personas, Comunicaciones y Sostenibilidad de Banco Santander.
“Es así como para Banco Santander el desarrollo de las personas es un proceso cuyo propósito es fomentar el crecimiento profesional y personal de los equipos, de forma de ayudarlos a alcanzar todo su potencial y aportar a la sostenibilidad de la organización”, agregó la gerente.
El estudio también reveló que el trabajo es visto principalmente como un medio para poder financiar la vida, las necesidades y las cosas que nos gustan (63%), lo que se hace más evidente en el grupo entre 35 y 54 años, donde sube a 67%.
Por otra parte, solo un 15% de los encuestados opina que el trabajo es una actividad a través de la cual uno se puede realizar como persona. Entre los jóvenes de 25 a 34, el 13% está de acuerdo con esta apreciación, porcentaje que sube a 21% en el grupo de 55+.
Llama la atención que el 63% de los encuestados tampoco estaría dispuesto a trabajar por menos sueldo, aunque estuviera convencido de que la empresa hace un aporte concreto a la sociedad.
“Uno de los hallazgos interesantes tiene relación con que las condiciones laborales son los ejes principales, dejando en un lugar secundario el rol público de la empresa”, señaló Roberto Izikson, gerente de Asuntos Público y Proyectos Cuantitativos de Cadem.
“Para todas las generaciones, los objetivos estratégicos que debiera tener la organización donde se desempeñan deben girar en torno a ellos mismos (salario, beneficios, flexibilidad), dejando en un lugar secundario la labor pública y social de las organizaciones”, acotó Izikson.
Esto se refleja al ser consultados por las prioridades que deben tener las empresas. Lo primero que aparece es mejorar las condiciones de los trabajadores (60%), reducir la jornada laboral (47%) y avanzar hacia mayor flexibilidad y teletrabajo (24%).
Muy por detrás aparecen sostenibilidad ambiental y la relación con las comunidades (15%), transformación digital (14%), competitividad (14%), reputación corporativa (11%), cliente al centro (10%), inclusión a nivel directivo (9%) y de migrantes (4%), participación en el debate público (4%) y filantropía (3%).