La pugna entre la Fiscalía y Carabineros de Chile a raíz de lo sucedido en la operación huracán, es un verdadero escándalo. Eso es evidente y no resiste ningún análisis. Resulta verdaderamente impresentable que los dos organismos llamados a prevenir y perseguir la comisión de delitos en Chile, y por supuesto, la violencia que se vive en la Araucanía, caigan en este tipo de espectáculos. Más que intentar dilucidar el fondo de este conflicto entre Carabineros y el Ministerio Público, es necesario analizar las consecuencias, es decir, quienes pierden y quienes ganan con esta situación.
Pierden en primer lugar los funcionarios de Carabineros y del Ministerio Público que arriesgan su vida por perseguir la violencia que hace ya más de 20 años está desatada.