Mientras tantos se lamentan y lloran por la renuncia de los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena al Ministerio Público, yo no lloro.
Es que nunca investigaron lo que había que investigar en el caso Soquimich. Es que nunca investigaron al dueño de la plata que financió la política por 20 años, Julio Ponce Lerou; es que a Alberto Cardemil Gajardo le ofreció una salida alternativa y la igualdad ante la ley es un principio del Estado de Derecho; es que nunca formalizó a Jorge Insunza, pese a la querella del Consejo de Defensa del Estado.
En esta columna explicamos por qué hay que lamentarse del Ministerio Público más que de la salida de dos fiscales.