A Freddy Larenas, Subdirector Operativo de Gendarmería, el Director Tulio Arce lo despidió cuando denunció el abultamiento de las pensiones de Paula Grandón, Pedro Hernández y Patricio Campos. Este último, al día siguiente de estar jubilado, Javiera Blanco lo contrató como asesor.
Patricio Campos era el jefe de la cárcel de San Miguel cuando murieron 81 reos. Esta es una de las tantas razones por la que Javiera Blanco debe irse. Debe irse porque hace meses sabía de las pensiones millonarias, hace meses sabía de las licencias médicas eternas, de los títulos profesionales express, de los despidos cuando alguien quería investigar. Debe irse porque Tulio Arce era “su” hombre en Gendarmería. No ha tenido la dignidad de hacerlo. Tampoco la ha despedido Michelle Bachelet. Carlos Montes, Guido Girardi, Juan Pablo Letelier y Jorge Pizarro fueron a apoyarla. La Nueva Mayoría la apoyó. A estas alturas ha surgido un grupo privilegiado que comienza igualarse al grupito de empresarios que maneja la economía: ambos tienen en común la impunidad.
En esta columna, lo que ocurre en Gendarmería y la irresponsabilidad política.