El Festival de cine de Cannes se sumó este martes al veto lanzado contra Rusia por parte de grandes acontecimientos internacionales y decidió excluir este año a las delegaciones oficiales rusas o a toda instancia vinculada al Gobierno ruso.
Su comunicado no citó expresamente un posible veto a películas rusas en su selección oficial, pero sí aclaró que la decisión de excluir a las delegaciones o instancias oficiales rusas estará vigente salvo que la guerra cese “en unas condiciones que satisfagan a la población ucraniana”.
El Festival sí quiso destacar “la valentía de todos aquellos que, en Rusia, han corrido el riesgo de protestar contra la agresión y la invasión de Ucrania”.
“Entre ellos hay artistas y profesionales del cine que nunca han dejado de luchar contra el régimen actual y que no deben ser asociados con esos actos intolerables y con quienes bombardean Ucrania”, recalcó.
“Fiel a su historia, que comenzó en 1939 en resistencia a las dictaduras fascista y nazi, Cannes se pondrá siempre al servicio de los artistas y profesionales del cine, cuya voz se alza para denunciar la violencia, la represión y las injusticias, y para defender la paz y la libertad”, añadió.
El certamen citó en concreto a artistas y profesionales cinematográficos ucranianos, así como a sus familias. “A algunos les conocemos y les hemos acogido en Cannes a través de obras que, todas ellas, dicen mucho de la historia y el presente de Ucrania”, concluyó.
Un habitual de la Croisette es Sergei Loznitsa, cineasta ucraniano nacido en Bielorrusia, que ha presentado en competición Schastye Moe (2010), “V Tumane” (2012) y “Krotkaya”, así como “Maïdan” (2014), “Les ponts de Sarajevo” (2014) y “Babi Yar. Context” (2021) en sus sesiones especiales, y “Donbass” (2018) en Una Cierta Mirada, premio a la mejor dirección.