La obra del dramaturgo y director Marcelo Leonart es un unipersonal donde el protagonista "percibe la lucha popular como ejercida por un solo cuerpo, transformado en una entidad nueva y colectiva".
Tal vez los múltiples apelativos e imágenes que le atribuyen al Demonio metiera la cola inconscientemente para que el protagonista de “Proyecto Diablo”, convertido en testigo, viera en los multitudinarios cuerpos, rostros y fogatas-barricadas, la potencia de la llama que alumbró los días y las noches de la Revuelta de Octubre19.
Una metáfora arbitraria sólo para intentar comprender su afirmación, que la imagen de Satanás surge en la trinchera opuesta a la que uno se ubica: la represión policial (para los manifestantes), los manifestantes (según los represores).
En todo caso, esta especie de empate no existe en el relato que escribió Marcelo Leonart (“Sobre los mismos techos”, “Grita”, “Cuerpos mutilados en el campo de batalla”, “Noche mapuche”), ni menos se menoscaba el valor de la lucha callejera durante el estallido.
Por el contrario: desde el cuerpo y la intención del protagonista-testigo del montaje, además de confirmar que tiene la capacidad de mirar todo lo que pasa en las calles y ser invisible, brotan también diversos perfiles de seres humanos que merodean por Plaza Dignidad.
Hombres y mujeres comunes y corrientes que elucubran, piensan, dudan, sienten miedo, avanzan y retroceden en sus convicciones, pero igual están allí construyendo la historia con mayúsculas, aquella que no podrá omitir ni falsear la historia oficial.
Más aún si también asoma una mujer, empleada en un centro comercial, cuyas vivencias se constituyen en un relato particularísimo que muestra el origen, evolución y el nuevo estado de conciencia que la vida le hace adquirir.
Motivos e inspiraciones
Importante es recordar que este unipersonal se inspiró en Gino Rojas Oyarce (70 años): de terno, corbata, anteojos de sol y bebida en la mano participó en las protestas en las cercanías de Plaza Dignidad, impresionante imagen estatuaria que viralizó el fotógrafo de la agencia internacional Reuters.
Gino Rojas declaró después que como no podía correr, optó por convertirse en escultura humana y ser testigo de la revuelta, detalle que “Proyecto diablo” traspasa al actor Felipe Zepeda.
Desde allí, el protagonista del unipersonal percibe la lucha popular como ejercida por un solo cuerpo, transformado en una entidad nueva y colectiva.
Quietud e inquietudes
Escribir, impulsado por la viva subjetividad que produce la lucha callejera fue la opción elegida por los realizadores, e impedir que el paso del tiempo y la reflexión pausada deje de lado lo que significó para ellos la participación directa en esos hechos, el fragor y el real peligro que hubo en esos momentos.
Por eso el protagonista-testigo nunca está quieto y enfoca su mirada en 360 grados: en una obra de estructura contemporánea con rasgos performáticos gira por el escenario utilizando todo el registro de velocidades posibles, en una exhibición extraordinaria de alternativas corporales y vocales, de energía y sentido.
Un perchero que le provee el vestuario para los roles que interpreta, un espejo que a veces recoge las evoluciones del actor (tal vez una ventana al exterior), más una banda sonora corrosiva y espeluznantes prótesis de ojos son los elementos justos para acompañar el trabajo colectivo de este montaje.
Una opción arriesgada que valora la memoria y la historia social, una escritura dramatúrgica, ejercida sin complejos, con un actor cuya expresividad corporal rica y múltiple, desde la mudez al grito, pone en escena la vida y la lucha de muchos, de todos.
PROYECTO DIABLO
Dramaturgia: Marcelo Leonart
Dirección: Marcelo Leonart, Felipe Zepeda, Nicolás Jofré Elenco: Felipe Zepeda Diseño integral: Nicolás Jofré Música: Alejandro Miranda Prótesis: Javivi Misle, Franklin Sepúlveda
Diseño gráfico: César Ramírez
Fotografías: Maglio Pérez
Teatro del Puente (entre puentes Pío Nono y Purísima). Miércoles 15 y jueves 16, 20.00 horas; sábado 18, 17.30 y 20.00 horas. Entradas (sistema paga lo que puedas): $ 3.000, $ 5.000 y $ 10.000 (sólo por ticketplus.cl)