Por Leopoldo Pulgar Ibarra
Son actores y actrices que se han dedicado a enseñar y desarrollar el arte escénico en escuelas, liceos y organizaciones civiles, pese a lo cual no son considerados profesores ni se les hace contrato.
La desprotección social de esta condición híbrida empeoró con la pandemia, pero también convocó hace tres meses a cientos de especialistas que constituyeron la Red Nacional de Artistas Educadorxs de Teatro.
Su objetivo: luchar por derechos sociales y laborales básicos e ir con urgencia en ayuda de quienes, sin trabajo, no han recibido ningún beneficio social.
Juan Pablo Martínez, vocero de la Red, y Lisseth Durán, encargada de los medios virtuales del organismo, son enfáticos: “Tenemos compañeros que están pasando hambre como consecuencia de la precariedad que viven”.
Por eso, crearon el Fondo Solidario y, luego, subsectores que dan cuenta de derechos, necesidades y de las diversas actividades que realizan.
“Los educadorxs teatrales somos llamados talleristas, asistentes de educación o pedagogos teatrales, y la mayoría funcionamos a honorarios y no tenemos reconocimiento institucional”, comenta Lisseth.
Agrega Juan Pablo: “Desde el 2009, aproximadamente, se viene trabajando para reconocer la educación artística como parte de la estructura formal: queremos estar integrados como artistas al proceso educativo”.
Solidaridad ahora
La Bolsa Laboral es la primera medida urgente de la Red Nacional de Artistas Educadorxs para generar recursos: vía Zoom, ofrece talleres sobre marionetas de papel, entrenamiento corporal, teatro de sombra y teatro, entre otros.
Los dineros obtenidos van al Fondo Solidario “un movimiento muy hermoso de acción comunitaria”, explica Lisseth Durán, “para ayudar a los integrantes de la Red que no tienen para comer”.
Con este mismo objetivo se impulsa el reparto de una caja de alimentos: “Si 600 personas donan cinco mil pesos, explica Lisseth, podremos ayudar con 200 cajas que cubran dos semanas”.
Esta actriz, titulada en el Instituto Arcos (2010), que desde hace cinco años combina la pedagogía teatral con la comunicación digital, considera que “al enseñar teatro se entrega una herramienta comunicacional que ayuda al desarrollo laboral e integral”.
“Desde el despertar social, afirma Lisseth, las herramientas digitales son más creíbles que la televisión en la entrega de información” y, aunque reconoce que también entregan
noticias falsas, “valora las redes sociales por el poder que tienen de presionar a los medios masivos de comunicación”.
También cree en digitalizar la educación, pero “resolviendo primero la inequidad que significa que muchos niños no tengan acceso a un computador ni a internet, y que los profesores sean adiestrados sobre cómo comunicar a través de la cámara”.
Problemas y experiencias
Tanto Lisseth Durán como Juan Pablo Martínez coinciden en que a la falta actual de trabajo y de ingresos para los artistas educadorxs, se suma no tener contrato laboral lo que impide alcanzar como mínimo el seguro de cesantía.
“Trabajamos haciendo clases en instituciones y boleteamos”, reafirma Juan Pablo, actor y director de arte, egresado de la Escuela Internacional del Gesto y la Imagen La Mancha.
¿Qué rasgos destacas de los talleres teatrales?
“Somos coeducadores que trabajamos con las habilidades blandas y la emocionalidad de estudiantes, jóvenes y adultos que han sido relegadas por una educación cuadrada. La Unesco dice que la educación artística es fundamental”.
¿Qué dice el Ministerio de las Culturas?
“Se escuda en que no tiene facultad legal en estos temas. Nos dicen que las artes y la educación artística están en el segundo puesto entre las actividades que dan mayor empleabilidad… pero no están legalizadas”.
¿Trae problemas ser artista-educador?
“Depende de los colegios si nos consideran talleristas, asistentes de educación o pedagogos teatrales. Incluso, quienes tienen este cartón universitario no pueden ingresar a la carrera docente ni hacer post grados, que además son carísimos.
“Quien hace las clases de arte en un colegio o escuela es el profesor de Lenguaje, pero no sabemos cuál es su formación artística”.
¿Algunas experiencias destacadas?
“Como desarrollo un trabajo en el festival internacional de teatro popular Entepola, he visto la importancia que tiene la educación artística en los territorios.
“Gente que desde su población ha salido a conocer el mundo mostrando su arte, una experiencia que afecta positivamente en su desarrollo personal.
“Son dueñas de casa que se empoderan, adultos que aprenden a hablarle al jefe, niños hijos de traficantes que no quedan atrapados en ese medio, otros que valoraron su cuerpo y se alejan de las drogas”.
¿Cuáles son las principales demandas que hacen al Estado?
“Régimen salarial para los trabajadores de las artes escénicas en la docencia; reactivar programas Acciona, CeCrea y talleres artísticos del Mineduc;
“Promulgación y activación de la reforma educacional con el teatro como asignatura obligatoria; reactivación de los Talleres Artísticos (ley SEP);
“Transparencia y regularización de las Seremis en programas, incorporación al régimen de contratación docente, y regularizar y fiscalizar el subcontrato en las Seremis.
“Hasta ahora, no hemos visto voluntad política de los gobiernos para legislar de raíz y no seguir con maquillajes. Incluso, no respetan acuerdos internacionales suscritos por Chile: la educación, en general, y la educación artística son vistas como un bien de mercado, no un derecho”.
Informaciones en https://rededucadorxsteatr.wixsite.com/redaet