Tuvo que escribir una escena sobre un simple pilucho de guagua… Sin imaginar que el tema la llevaría a un relato que mostraría su consternación frente a la posibilidad de traer hijos al mundo.
Fue en 2015. Tras ese impacto, la dramaturga y actriz Josefina González escribió Cómo cuidar de un pato, tragicomedia que muestra un manejo experto del lenguaje coloquial al servicio de una obra delirante y absurda, al interior de una familia donde reina la pobreza.
Un espacio donde conviven siete personas que se maltratan entre sí como si fuera lo más natural y donde la falta de sentido en sus vidas las convierte en seres vulgares, preocupados de consumir lo que pueden y esté a la mano.
En medio de este ambiente triste y divertido, parecido a la sociedad real, un personaje, cuya pareja espera un hijo, se prepara para ser padre… Cuidando dos patitos recién nacidos.
“Por si uno se muere”, dice.
Miedos y dolores
En 2018 el texto inicial, más sombrío, fue publicado por Ediciones Overol como la primera obra de teatro de la escritora y artista visual Josefina González.
Luego de su estreno en 2019, con la dirección de Javier Riveros, la propuesta vuelve a la cartelera con un potente elenco de comediantes: Luis Dubó, María Paz Grandjean, José Aguirre, Matteo Citarella, Visnu Ibarra Roa, Camilo Navarro y la propia dramaturga.
¿Te disgustó lo que el pilucho de guagua te hizo pensar?
“Coincidieron varias cosas. En ese momento estaba cuidando a mi primera sobrina y no me gustaba tratar el tema de los hijos. Sentía desinterés y temor.
“Además, cuando murió mi abuela materna sentí un dolor súper fuerte. Pensaba que mi mamá moriría primero, luego yo y después mi sobrina me enterraría.
“Traer una nueva vida al mundo es como traerse un dolor a uno mismo. Sentí miedo a estar muy feliz, porque seguro vendrá algo malo.
“Dicen que los gnomos mueren a los 400 años, que van de la mano con la pareja, que se despiden, dan gracias por su vida y se transforman en cerezo. ¡Y tan hueviados que somos nosotros para nacer y morir!”.
¿Mantienes esa idea?
“Sí, ahora con menos miedo, la obra ha sido como una terapia de aceptación o resignación. Me encantaría ver de una manera distinta este porrazo de adultez”.
En la obra recoges “frases para el bronce…
“Sí. Mi mamá siempre me dice ‘te vas a perder la felicidad de tener un hijo’, y le respondo ‘pero no es gratis esa felicidad’; también he escuchado ‘eres el mejor papá del mundo’ o ‘quiero morirme ahora’ o ‘somos los eternos campeones’… Se ensayan en la familia y se aplican en el entorno”.
Conflictos sociales y existenciales
¿Cómo surgió la metáfora del patito?
“Aludo a los animales como analogía en el arte. La muerte de los patitos es más llevadera que la muerte de una guagua e igual sirve para aludir a conflictos existenciales en nuestra sociedad”.
¿Ves a la sociedad como un absurdo total?
“Igual trato de no volverme loca. Estamos al borde de un abismo y el arte protege un poco.
“Dice Baudelaire: “La naturaleza es un templo de pilares vivientes/que a veces dejan salir confusas voces/pasa el hombre entre bosques de símbolos/que le observan con familiares miradas”.
Teatro Sidarte. Ernesto Pinto L. 131. Martes, 20.00 horas; domingo, 17.00 horas. Entrada general $ 6.000; estudiantes y tercera edad $ 4.000. www.ticketplus.cl. 10 marzo al 05 abril