Agrupaciones de arquitectos, arqueólogos, escritores, historiadores y defensores del patrimonio natural y cultural difunden un comunicado para manifestar su preocupación por el inminente daño que el próximo Rally Dakar ocasionará en el Desierto de Atacama.
“A través del presente texto queremos manifestar nuestra profunda preocupación en torno a la situación del Rally Atacama, evento que se enmarca en el “Road to Dakar”, promocionado para su ejecución entre el 28 de agosto y el 1 de septiembre.
Aunque aún seguimos en deuda, los mecanismos de protección del patrimonio cultural y natural en Chile han tenido notables avances en las últimas décadas por medio de diferentes cuerpos legales. Uno de ellos ha sido la ley n° 19.300 de Bases Generales del Medio Ambiente la que, pese a sus limitaciones, regula los efectos medioambientales de diferentes planes, programas, proyectos y actividades productivas a través de un sistema de evaluación. A partir del reconocimiento que hace dicha ley a la competencia ambiental del Consejo de Monumentos Nacionales, hemos conocido, controlado y definido las acciones de protección de los bienes culturales sensibles afectados por megaproyectos, así como hacer operativos los mandatos señalados por la ley n° 17.288 de Monumentos Nacionales.
Sin embargo, hay muchas actividades que aún no son reguladas legalmente, aunque por su magnitud e impacto debieran pasar por los procesos del Servicio de Evaluación Ambiental, una de ellas son los rallys. Después de siete versiones del Rally Dakar en Chile, la experiencia nos ha enseñado que este tipo de eventos generan una alta afectación de patrimonio natural y cultural. Luego de un primer año sin informe de línea de base, para finalmente lograr su regulación considerando estándares mínimos al año siguiente, entre los años 2010 y 2015 contabilizábamos más de 300 sitios arqueológicos dañados (entre ellos geoglifos, aldeas, cementerios, conchales, huellas y caminos, incluido el camino del Inca, sitios de la época salitrera, talleres líticos y muchos otros).
Sobre todo, porque tanto pilotos como espectadores suelen transitar por sectores fuera del área aprobada y estudiada para su circulación, la que por su extensión es prácticamente imposible manejar y proteger en su totalidad. Por otra parte, las compensaciones correspondientes a estos graves daños aún no se concretan para las debidas y justas reparaciones. En consecuencia, los daños se producen a pesar de los resguardos y normas promovidas por la autoridad, exigidas e incluso judicializadas por diversas organizaciones de especialistas y de la sociedad civil, entre ellas el Colegio de Arqueólogas/os, la Sociedad Chilena de Arqueología y la Asociación Chilena de Zonas y Barrios Patrimoniales.
Hasta ahora, las rutas propuestas para el Rally Atacama que hemos conocido al interior del CMN, son imprecisas respecto a los caminos preexistentes y en algunos casos trazadas fuera de ellos; no obstante, existe el compromiso de la empresa de no realizar recorridos a campo traviesa. Por otra parte, aún no hemos recibido una planimetría que incorpore los bienes patrimoniales culturales y naturales de manera precisa, con una línea de base adecuada a los estándares exigibles a intervenciones desarrolladas por proyectos del Estado y/o de privados. Aun así, a la luz de la experiencia que nos dejó el rally Dakar, ha quedado demostrado que estas actividades son inabordables desde punto de vista del impacto ambiental y patrimonial, quedando totalmente fuera de control.
Todo esto nos hace reflexionar a pocos días del supuesto inicio de la competencia, por qué ésta sigue siendo promocionada, ya que es prácticamente imposible que las evaluaciones de los antecedentes y revisión del trazado puedan ser realizados como corresponde. Inclusive, si lo mínimo requerido fuese entregado no hay tiempo suficiente para evaluar la calidad de estos datos, su revisión en terreno, solicitar mayores detalles si éstos faltasen, y generar medidas que pudieran amortiguar al menos los daños probables.
Frente a lo anterior, una nueva afectación del patrimonio cultural y natural de esta parte del desierto de Atacama parece inevitable, razón por la cual llamamos a los actores involucrados a ponderar en su real dimensión el impacto que la carrera tendrá sobre el legado heredado y con ello rechazar la aprobación de esta actividad”.
Firman
Catalina Soto, Consejera, Representante del Colegio de Arqueólogas y Arqueólogos A.G.
Mauricio Uribe, Consejero, Representante de la Sociedad Chilena de Arqueología
Francisco Herrera, Consejero, Representante del Colegio de Arquitectos A.G.
José Osorio, Consejero, Representante de Asociaciones de Barrios y Zonas Patrimoniales
César Millahueique, Consejero, Representante de la Sociedad de Escritores de Chile SECH.
Gastón Fernández, Consejero, Representante de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía.
Cecilia García-Huidobro, Consejera, Representante del Instituto de Conmemoración Histórica.