Roberto Parra Sandoval (1921-1995) fue un caballero de origen campesino, trato amable y respetuoso, conservador de la picardía, agudo para la talla, buena memoria, gozador de cazuelas y tintos, bueno para la cueca, fiestero improvisado, cantor de nacimiento, guitarrero prodigioso, conocedor del verso popular, del arte rimado… amigo de sus amigos, mano abierta y sonrisa extendida, patiperro y aventurero, hombre de poesía y buen brindis. Traje, corbata y gomina, peineta a la mano y dispuesto a enfrentar lo que venga a la vuelta de la esquina.
Esta mes conmemoramos el centenario del Tío Roberto, y lo hacemos recordándolo en una serie de entrevistas realizadas por la Corporación Por Amor al Arte.