El que fuera el ex establecimiento del Santiago College en Providencia, ahora alberga las nuevas dependencias de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad San Sebastián.
Por Oscar Galaz Rojas
Un inmueble que integra un legado histórico y que es parte de las edificaciones patrimoniales más imponentes de la comuna de Providencia, es para muchos santiaguinos el edificio del ex Santiago College.
Emplazado entre las calles Lota y Carmen Sylva, y Holanda con Los Leones, la construcción realizada en 1932 por los arquitectos chilenos Josué Smith Solar y su hijo Josué Smith Miller -los mismos autores del Club Hípico y el Hotel Carrera (hoy Ministerio de Relaciones Exteriores)- ocupa toda una manzana que albergó hasta fines de la década pasada a alumnos de enseñanza básica y media del mencionado colegio.
En 2012, el inmueble se convirtió en campus para estudiantes de la Universidad San Sebastián (USS). Desafío para el que se construyeron nuevos edificios, estacionamientos y cambios internos. No obstante, su estilo colonial español del siglo XVI, con grandes pasillos que conectan a patios interiores sigue siendo un sello característico.
En 2019 el recinto sumó un nuevo hito al refaccionar una de sus construcciones originales para albergar a la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño. Un espacio que conjuga la modernidad y la historia de un edificio centenario amplio, luminoso y de 2.143 mt2 dispuestos en sus tres niveles.
Allí, los futuros profesionales toman esta edificación como parte de la enseñanza e inspiración. Según puntualiza el director de Arquitectura USS sede Santiago, Ernesto Silva, “estudiar en un conjunto patrimonial emblemático es un privilegio para nuestros estudiantes”.
Ernesto Silva destaca que “la experiencia universitaria se desarrolla en un campus con excelentes áreas comunes, en un edificio que tiene una escala y organización ideal para una escuela de arquitectura con zonas que han sido remodeladas para permitir el encuentro y la interacción, reemplazando la sala de clases tradicional por espacios comunes en los que es posible sostener discusiones transversales entre profesores y estudiantes, y en donde toda la producción queda a la vista”.
Así, este edificio patrimonial de los años 30 mantiene su protagonismo y su vocación de confluencia entre la comunidad, la educación y la inspiración.