Ya está disponible en streaming “Mon Laferte, te amo”, el documental de Netflix que en voz de la propia cantante recorre su biografía y algunos de los momentos más complejos y tortuosos de su carrera.
Aquí, en 77 minutos, recuerdos sobre situaciones de abuso, de acoso y de necesidad económica se entrecruzan con la gira que la llevó a recorrer América entre 2021 y 2022, cuando la artista aún estaba embarazada.
“Yo no elegí hacer el documental. Vinieron de la productora Blackstar a conversar conmigo; de hecho, yo estaba embarazada. Nos juntamos en Los Ángeles. Antes habían llegado algunas ofertas de hacer un docu, y a mí me daba bastante pudor y no habíamos aceptado con mi equipo, pero me gustó la forma en que llegó Blackstar proponiendo hacer algo como sin saber muy bien hacia dónde íbamos”, explicó Mon Laferte en una rueda de prensa con BioBioChile.
“Me convenció más la idea de que yo estaba embarazada, y me parecía bonito tener un registro de mi etapa, siendo artista y con un embarazo”, agregó sobre el documental que dirigen las chilenas Joanna Reposi Garibaldi (“Lemebel”) y Camila Grandi.
En el largometraje, también vemos facetas desconocidas de la viñamarina. Como su rol de “jefa” durante el tour americano, ya sea solucionando problemas en el camino o deslizando más de algún comentario reprobatorio cuando algo sale mal.
“Yo creo soy menos estricta de lo que pensé. (Después de haberme visto en pantalla), soy un dulce… Lo digo en serio. A veces digo que no tengo que ser tan estricta porque, a ver, yo me exijo mucho también, y quiero trabajar con las mejores personas y pues sí, quiero que las cosas salgan bien. Entonces cuando lo vi dije: mira, está bien, o sea, estoy trabajando. Estoy exigiendo lo que creo que es correcto hacer, y encontré que no era tan estricta como pensaba… Creo que soy un sol (risas)”.
Mon Laferte a los 41 años: “Hay muchas cosas que hubiera querido que fueran distintas”
(P): Hay un extracto de tu participación en “Rojo” que se incluye en el documental. Una épica “parada de carros” a Jaime Coloma, cuando prácticamente dice que no vas a llegar a ninguna parte. ¿Él te escribió después de eso? ¿Cuál es la percepción que tienes (hoy) sobre los programas de talento?
(R): Bueno, si alguna vez me escribió Jaime Coloma con respecto a ese tema, no, pero él ha sido muy amable siempre en redes sociales conmigo, y me da mucha risa y ternura verme ahí como ‘pará en la hilacha’, como diciendo ‘oye, tú…’. Sí, me da mucha risa.
Mi opinión sobre los programas de tele, hoy, es que depende el programa también, ¿no? Pero obviamente es muy distinta a cuando llegué, porque yo era prácticamente una niña muy jovencita que iba llena de sueños y no sabía nada de cómo era la industria y la televisión. Entonces, me encontré con un panorama que estábamos haciendo un show de tele y por eso también me enojaba mucho. Hoy lo veo como lo que es, o sea, entiendo que es un show de televisión en donde tiene que haber contrastes y pienso que el juicio sobre si algo es mejor que otra cosa es totalmente subjetivo. (Hoy) tengo una idea totalmente distinta (sobre los programas busca talento) de la que tenía cuando participaba en el programa.
(P): En el documental hablas de situaciones de abuso, y también temas como la maternidad. ¿Cómo decidiste lo que querías mostrar en el documental? ¿Qué sensaciones te está dejando este proyecto?
(R): Fue por las directoras… Me empecé a sentir muy en confianza con ellas. Creo que eso me llevó a hablar sobre estos temas. No sentí que me sentaran ahí con una cámara en la cara ni como en una entrevista. No. Me sentí más relajada porque estaba en confianza y también el hecho de conversar con mujeres… Es otra la dinámica entre nosotras y poco a poco fue saliendo y empecé a contarles mi historia. De pronto, les había contado cosas que incluso en mi círculo más cercano no me había atrevido a contar. Yo creo que hay mucha gente que me conoce hace muchos años, amigos, que no saben cosas de mí que están en el documental.
(P) ¿Todavía tienes el cuaderno de rimas que usabas cuando eras niña?
(R): En la actualidad no lo tengo, no sé dónde estará. A lo mejor mi mamá lo guardó, porque mi mamá guarda todo, pero tengo libretas en donde escribo todavía a mano, a veces, como digo yo, poemas que a veces terminan convirtiéndose en canción. Y tengo muchas libretitas que guardo siempre y a veces las agarro y escribo ahí porque soy una romántica; me gusta esta idea de tenerlo como en físico, aunque sí, muchas canciones las hago en el celu, pero todavía me gusta lo físico.
(P) En el documental te vemos relatar en primera persona situaciones muy complejas que viviste a inicios de tu carrera, como abusos y vulneraciones de distinto tipo. ¿Cómo fue para ti verbalizar en pantalla estas situaciones tan personales? ¿Crees que este ejercicio era una deuda pendiente contigo misma?
(R): En el momento no me costó, o sea, soy muy sincera porque me sentía en confianza con las chicas. Y sentía que estaba contando esto a unas amigas. Ahora, cuando vi el documental terminado como dos años después, sí me impacta y sí siento pudor, si les soy muy honesta. Sí estoy un poco nerviosa.. Pero siento que también hablar sobre estos temas, o abrir la puerta a las cosas que pueden ser más duras de contarle al mundo, siento que son también una terapia y que me sirven. Yo también, por muchos años, no le conté algunas cosas a mucha gente, porque me sentía muy culpable por el tema del abuso, por ejemplo, del abuso sexual infantil. Yo cargaba con la culpabilidad, y siento que recién a mis 40 empecé a entender que no, que no era culpable. Entonces, tal vez estaba preparada para abrir la puerta y poder contarle al mundo esto.
(P): Después de contar tu historia, el documental finaliza haciendo una reflexión profunda en la que señalas que no harías nuevamente el recorrido que hiciste para ser famosa. ¿Que te hubiese gustado que fuese diferente?
(R): Bueno, hay muchas cosas que me hubiera gustado que fueran diferentes. No creo que exista una niña que no quisiera borrar de su memoria un abuso sexual; hay muchas cosas que hubiera querido que fueran distintas en el camino de querer ser artista. Porque uno de los abusos que sufrí fue justamente buscando la vida, queriendo ser artista.