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El documental "Mon Laferte, te amo" debutó en Netflix esta semana. Dirigido por Joanna Reposi Garibaldi y Camila Grandi, en 77 minutos la propia cantautora reconstruye su vida, derrotas, estructura familiar, y su experiencia como madre durante una gira por América en 2021-2022. El documental expone momentos íntimos, revela episodios de acoso y desafíos en su carrera, como su paso por "Rojo" y las injusticias que vivió.

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Entre la crónica biográfica, la retrospectiva artística, la bitácora de viaje y el proscrito género del “ajustes de cuentas”, “Mon Laferte, te amo”, el documental que debutó esta semana en Netflix, cumple hasta el final la promesa que plantea su título: se trata, antes que nada, de una historia de amor.

A cargo de las directoras chilenas Joanna Reposi Garibaldi (“Lemebel”) y Camila Grandi, en 77 minutos es la voz de la propia cantautora la que reconstruye su vida y sus derrotas -ambas a veces indisolubles-, su estructura emocional y familiar, su primera infancia, sus incipientes aprontes artísticos y, al mismo tiempo, el día a día de la gira que la llevó a recorrer América entre 2021 y 2022; la misma que inició con tres meses de embarazo y que cerró con su hijo ya amamantando.

Abusos, ninguneos, maternidad y "Rojo": Las duras revelaciones del estreno de "Mon Laferte, te amo"
Netflix

Así, entonces, imágenes inéditas de su pasado se entrecruzan con otras de la intimidad del camarín y de la maternidad en gestación, a veces incluso con la viñamarina con cámara en mano. En pantalla, la vemos bajo encuadres y filtros cinematográficos que intentan denotar el paso del tiempo, o el repaso de un álbum personal y oculto.

Atrás, en segundo plano, el talante de una gira en calidad de superestrella: los arenas llenos, la gimnasia vocal de Norma Monserrat Bustamante Laferte, los aplausos que no cesan y el carisma en acción de la cantante chilena más importante de las últimas décadas.

“Mon Laferte, te amo”: Cuentas pendientes

Sin ánimo de convertir Netflix en Núremberg, aquí Mon Laferte también se da tiempo para saldar cuentas pendientes. Y para verbalizar algunas de las experiencias más injustas y crueles de su carrera.

Una secuencia de su estadía en “Rojo” muestra a un Jaime Coloma sardónico al imaginar el futuro artístico de Monserrat Bustamante, y a esta rebelándose frente a un comentario reprobatorio. Más tarde, ahora como voz de su propio documental, dejará en claro que el hambre y un pasado de necesidades dictaron muchas de las decisiones de esa época.

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Con nombre y apellido (y siempre como voz en off), Laferte asegura haber sido acosada por Jaime Román, emblemático productor musical de “Rojo”, a quien a su vez responsabiliza de haber despreciado sus primeras canciones propias.

“Era horrible. Cada vez que lo veía me estaba acosando. Estamos hablando de los cinco años que duró el programa. Eso fue lo peor que me pasó en Rojo… Inocentemente, fui y hablé con el director del programa. Por primera vez les dije: estoy teniendo acoso de parte de Jaime Román… Me dijeron: sí, te vamos a ayudar… Y no, no pasó absolutamente nada”, cuenta.

En otro de los pasajes del documental, hilvana recuerdos de su primer mánager, un hombre 21 años mayor que la conoció cuando ella tenía 13, y con quien mantuvo una tóxica y violenta relación laboral y sentimental. Una situación de abuso sexual infantil que por primera vez aborda en extenso.

Un episodio biográfico que se enlaza a complejos problemas económicos y familiares de su infancia y juventud, donde a veces el propio devenir se tornó en un sufrimiento imperecedero que comenzó a apaciguar, primero, con su fichaje en “Rojo”, y luego, con el viaje a México que cambió su destino para siempre.

En el momento más trascendental de “Mon Laferte, te amo”, y ante la disyuntiva si repetir o no la misma ruta recorrida (la de su vida), Laferte es elocuente: “No lo haría de nuevo… Necesitaba mucho la acepción (de los demás), que me quisieran… Pero ya no”, dice lacónica y radical.

Al final de la historia (espinosa, dolorosa, reverberante y a veces inconexa), con su primer hijo en brazos y desde el anhelado firmamento artístico, la Mon Laferte del presente deja ver, acaso, su mayor triunfo en 41 años.

Ya está lista para amar.