Antes que Los Tres entonaran el primer acorde de la Revuelta, su gira de reencuentro que lleva agotados tres Arenas de un total de cuatro, decenas de asistentes del sector Platea Baja Golden tuvieron que ser reubicados a instantes del inicio debido a la nula visibilidad que les ofrecía el espectáculo, todo esto en una operación de urgencia que por minutos amenazó con empañar la primera fecha del retorno del grupo a Santiago.
Cuarenta minutos después de la hora establecida en el programa -y tras varios “ofertones” al público perjudicado, que incluyeron poleras, entradas para las fechas siguientes y devolución del dinero-, Álvaro Henríquez, Ángel Parra, Roberto “Titae” Lind y Francisco Molina aparecieron en escena para un concierto de bordes históricos: el primer show de larga duración de la formación original en la ciudad luego de 24 años de distanciamiento.
Con apego estricto a la presentación en el Estadio Ester Roa de Concepción semanas atrás, Los Tres arrancaron con “Follaje en el Invernadero”, “Sudapara”, “El aval” y “Gato por liebre”, todas coreadas con devoción por los cerca de 15 mil asistentes.
Sin músicos de apoyo a la vista, y desde una escenografía sobria y rectangular que mutó en colores a medida que avanzaban las canciones, la banda hizo gala de su elogiosa ejecución técnica en un setlist que privilegió el formato cuarteto y uno que otro canapé para los fans más acérrimos de los penquistas.
“Hojas de té”, “La torre de Babel”, “Silencio”, “La feria verdadera”, “Olor a gas” y “No me falles” se escucharon con fuerza en la Revuelta, pero también las instrumentales “Claus” y “Largo”, donde los músicos invirtieron sus instrumentos (Henríquez pasó a la batería, mientras que Molina hizo lo suyo en el bajo y Titae en el órgano).
Con la voz algo más apretada que de costumbre, Henríquez ofició de anfitrión y de capitán en un recital que se extendió por alrededor de dos horas, y que sacó lustre a la virtuosa guitarra de Parra (también activo en los coros) y la precisa batería de Molina, fundamental en canciones como “Amores incompletos” y “Pájaros de fuego”.
El álbum más vendido en la historia del grupo, su unplugged para MTV de 1996, tuvo un set propio.
Con los cuatro en fila y de cara a la audiencia, y luego de las atronadoras “Tírate”, “Morir de viejo”, “Déjate caer”, “Un amor violento” y “Moizéfala” (uno de los momentos cúspide de la noche), las acústicas “El arrepentido”, “Una perra y un perro”, “La vida que yo he pasado” y “Quién es la que viene allí” escenificaron el eterno tributo de Los Tres a Roberto Parra, quien fue proyectado en pantallas gigantes en la primera despedida de la noche.
La ya mencionada “Amores incompletos”, “He barrido el sol”, “La primera vez” y “La espada y la pared”, constituyeron el bis 1 de los nacionales, mientras que la sublime “Pájaros de fuego”, “Bolsa de mareo”, “No sabes qué desperdicio tengo en el alma” y “Tu cariño se me va”, original de Buddy Richard, marcaron la despedida definitiva de Los Tres, que volverán a subir al Movistar Arena este 28 y 30 de abril y el miércoles 1 de mayo.