Con casi tres horas de show, Karol G debutó en el Estadio Nacional con el primero de tres espectáculos del “Mañana Será Bonito World Tour”. Una gira que en despliegue técnico superó a la saga de Daddy Yankee en el mismo recinto y que comprobó in situ por qué la cantante colombiana es la actual emperatriz de la música urbana global.
Tras un operativo policial que en la tarde del viernes desvió las principales avenidas colindantes al recinto, los y las bichotas locales se congregaron desde temprano a la espera de su referente. En la previa, estuvo la presentación de la cantante Denise Rosenthal, quien se despidió entre aplausos en una fría noche capitalina.
Pasadas las 21:30 horas fue el turno de Carolina Giraldo Navarro, Karol G, quien acompañada de una banda compuesta sólo por mujeres ofreció un concierto que también incluía una historia animada y un mensaje. Un cuento de hadas con sabor urbano que tuvo a la “Sirena Carolina” como protagonista, quien de un momento a otro ve cómo su alma se congela y su vitalidad se apaga sin ninguna luz al final del túnel.
“TQG”, su explosiva colaboración con Shakira, fue la primera de más de 30 canciones que la medellinense entonó en vivo y prácticamente sin apoyo de pistas pregrabas, detalle que de inmediato situó al concierto varios escalones más arriba que los de sus colegas urbanos (de Chile y del orbe).
Con una sirena gigante instalada en el escenario, también se escucharon hits como “Besties”, “Mi Cama”, “El barco”, “X si volvemos”, “Tusa” y “Amargura”, todas cantadas a coro por tribunas repletas y un sector de “cancha vip” numerado, diseccionado y con sillas.
Con pirotecnia y juegos de luces ejecutados desde las pulseras de los asistentes (que se repartieron en el ingreso al estadio), el segundo segmento ya no contó con la figura de la sirena, sino con la de un tiburón gigante, bestia que en la historia animada oficiaba de antagonista de la “Sirena Carolina”.
Para hacerle frente (y para seguir al pie de la letra el modelo de “La Sirenita” de Disney), esta recibe los consejos de una suerte de “mariposa urbana” (muy parecida a Daddy Yankee), quien la guía en el reguetón para alcanzar el objetivo final de esta parábola: convertirse en “Bichota”.
Eso en la ficción. Porque en la realidad santiaguina, la fábula sirvió de apronte para “Bichotag”, “Oki doki” y “Una noche en Medellín”, esta vez sin el chileno Cris MJ en escena.
Karol G en el Estadio Nacional: “Hay una Bichota dentro de ustedes”
“Llegó el momento que tomes las decisiones por ti misma; llegó el momento de sentirse valiosa”, fue la arenga que se escuchó por altoparlantes en el momento cúlmine del cuento de Karol G. “Llegó el momento de sentirse valiosa, de ser fuerte… Ahora serás conocida como la Bichota”, le animó la mariposa urbana.
Con ese hilo conductor (el del empoderamiento femenino cuando la vida y los devenires amorosos son adversos; el mismo que recorre el álbum que da nombre a la gira), la colombiana hizo gala de su estatus de estrella mundial con un show que tuvo a su público atento por casi 180 minutos. Todo un mérito por estos días.
Para su deleite, Karol G se entretuvo leyendo los carteles, enviando mensajes personalizados a sus fans y recibiendo los regalos de las primeras filas. El episodio más aplaudido de dichas interacciones ocurrió en la última parte del espectáculo, cuando la artista subió a un niño, Facundo, a cantar con ella.
El tercer capítulo tuvo a la Bichota en un traje brillante para las canciones más calmas del set: “Ocean”, “Pero tú” y “Mercurio”, entre otras. Si bien el pasaje diluyó la energía inicial de la cita, este sirvió de resorte para las últimas postales.
En el desenlace de la historia, la renacida Sirena Carolina, ya una auténtica Bichota, está lista para empezar de nuevo y entender que mañana será un día distinto al anterior. “Recuerden: hay una Bichota dentro de ustedes. Sólo deben encontrar su auténtico yo… Sólo se vive una vez. No importa lo que pase: mañana será bonito”, fue el mensaje ampliamente correspondido por el Nacional.
“Mi ex tenía razón”, “Gucci los paños”, “200 copas” y un segmento en línea con la tendencia actual de la música urbana (el cruce con los corridos y sonidos mexicanos), fueron la antesala de la despedida final, que tuvo su cierre con la repetición de hits como “Amargura” y “Provenza”.