El primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, defendió este martes en una cumbre con Australia y el Sudeste Asiático que el polémico contrato gestionado por la ciudad-Estado para asegurarse con una prima la exclusividad regional de las actuaciones de Taylor Swift, no es “hostil” hacia los vecinos.
“Nuestras agencias negociaron un acuerdo con ella para que viniera a Singapur y Singapur fuera su única parada en el Sudeste Asiático. Y hubo algún incentivo por parte de nuestro fondo para el desarrollo del turismo”, admitió Lee en una rueda de prensa en Melbourne junto al primer ministro australiano, Anthony Albanese, consigna EFE.
“No veo que eso pueda ser algo hostil”, respondió Lee a la pregunta de si el pacto menoscaba el espíritu de cooperación entre los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), cuyos líderes participan lunes y martes en una reunión en la ciudad australiana.
Aunque el Gobierno de Singapur ya había confirmado el pago de una subvención a los promotores de la cantante estadounidense para asegurar que solo actuaría en la ciudad-Estado y no en otros países del Sudeste Asiático, se trata de la primera admisión por parte del máximo dirigente singapurense.
El asunto trascendió a la escena política regional cuando el primer ministro tailandés, Srettha Thavisin, afirmó que los promotores del concierto le indicaron que las autoridades singapurenses ofrecieron hasta unos 3 millones de dólares por concierto para tener la exclusividad en el Sudeste Asiático.
El lunes el ministro de Cultura, Edwin Tong, abordó también el tema en el Parlamento isleño, donde tachó de “exagerada” dicha cuantía y aseguró que los beneficios del paso de Swift por la isla, donde tiene agendados seis conciertos desde el pasado sábado y hasta el 9 de marzo, “superan” a la no revelada prima por su exclusividad.
Swift ha agotado todas las entradas disponibles en Singapur al vender más de 300.000 billetes para los conciertos, tras atraer a más de 600.000 espectadores en sus siete conciertos previos en Australia (en Melbourne y Sídney), y pondrá después rumbo a Europa.