Decir que fue una magnifica noche de rock y música chilena es quedarse corto, ya que el pasado sábado muy probablemente 40.000 personas fueron testigos del mejor concierto de la historia del Ester Roa (Sí, por sobre Chayanne o Silvio Rodríguez). Lo cierto es que Los Bunkers concretaron su gran regreso a Concepción, en una unión de cerca de 30 años que está lejos de desgastarse.
Se trató de una presentación impecable del quinteto conformado por los hermanos Álvaro y Gonzalo López, Francisco y Mauricio Durán, además de Mauro Basualto apasionado en la batería, en donde confirmaron por qué su sello es sinónimo de “Concepción”.
Porque hablar de Los Bunkers es referirse al Gran Concepción en sí, mucho más allá de la música. Sólo hay que recordar que la historia partió en el Colegio Salesiano, donde se conocieron sus fundadores y pasó por las Universidades de Concepción y Federico Santa María, donde tuvieron sus primeras ‘tocatas’.
Sumémosle a eso que, siempre que han podido, los ‘Higuerianos’ hermanos Durán han demostrado su simpatía por Huachipato, club del cual son hinchas desde pequeños.
Con todo eso claro está que acciones como transitar por el transporte público de la intercomuna, con total naturalidad, son propias del quinteto: la ciudad es suya, les pertenece, es su zona más segura en todo el mundo.
Los Bunkers en Concepción
La noche del pasado sábado fueron 2 horas y 50 minutos de show, en donde repasaron gran parte de sus éxitos, desde aquel lejano disco llamado ‘Los Bunkers’ (2001) hasta su receso temporal tomado en 2014.
Asimismo, la agrupación presentó en grande su nuevo tema llamado Rey, el cual es un llamado a la juventud a buscar su propia identidad, más allá de lo que piensen los “viejos”.
“Se trata de un tema nuevo, que sacamos hace muy poco. Está dirigido hacia nuestros fans más jóvenes, y llama a no tenerle miedo a saber quienes son, olvidarse un rato del ‘qué dirán los viejos como nosotros’, y definirse en el buen sentido”, expresó Mauricio Durán.
Éxitos como Quien Fuera, Ahora que no estás y Miéntele fueron los que más resonaron entre la multitud extasiada ante un concierto de primer nivel. Esto se combinó con momentos más emotivos, como la interpretación de La exiliada del sur.
Se vieron lágrimas, se observaron expresiones de cariño, se vieron familias traspasando gustos a las nuevas generaciones, pero sobre todo se vio mucho respeto entre los asistentes, quienes de principio a fin entendieron que esto se trataba de un gran reencuentro y lo vivieron como tal.
Su gran performance también estuvo basada en un setlist que integró a todas las generaciones de ‘Bunkeros’, de aquellos que los siguen desde finales de los 90 en sus presentaciones en las universidades de la región, hasta esos que los conocieron cuando ya triunfaban en México.
Sobre en final fueron dos ‘bis’ que tuvieron Los Bunkers, donde mostraron sus canciones más reconocidas del último tiempo: No me hables de sufrir, Miño y Bailando solo, una noche donde lo dieron todo.
La organización fue otro punto alto de la noche, ya que pese al alto volumen de personas que se apostó en las afueras del estadio de Concepción, desde temprano, no existieron inconvenientes en los accesos.
Asimismo, sobre el final la salida estuvo marcada por aglomeraciones y congestión en avenidas Collao y General Novoa, situaciones que se resolvieron en algunas horas.
Sin ir más lejos los únicos episodios que generaron cierta preocupación tuvieron relación con personas que se descompensaron en las primeras filas. Por fortuna esto fue muy bien manejado con Francisco, en el primer caso, y Mauricio en la segunda oportunidad, cuando pidió detener de improviso la interpretación de No me hables de sufrir.
Ahora el grupo parte a Viña del Mar, ciudad donde se presentarán en la Quinta Vergara, en lo que será el cierre de su tour por tierras nacionales. Probablemente, este es su momento de mayor popularidad en la historia, y lo están aprovechando al máximo.
Todo puede resumirse en lo dicho por el mayor de los Durán sobre en el escenario: “Estamos ante el mejor público del mundo”.